Esta vez el señor Don Pomposo, no necesitó entrar de puntitas para no despertar a Bebé y Pilar se presentó con aro, balde y paleta en pequeñas figuritas que la representaron con trajes de los más disímiles colores.
En estas filas marcharon también pioneros vestidos de mambises, mariposas y con trajes típicos de muchos países de América como expresión del sentir de nuestro Héroe Nacional por la naturaleza, los hombres y mujeres que defienden la patria y los amigos de este continente.
Allí estuvierontambién Lopi, Meñique, la bailarina española, Nené traviesa, la Muñeca negra, todos en una versión contemporánea que arropó a muchos de los personajes de los cuentos de Martí con la mano creadora sin dudas, de toda la familia que no perdió la oportunidad de acompañar el paso de los más pequeños de casa para homenajear al más universal de los cubanos.
Allí los personajes de los cuentos de la Edad de Oro, ricos, pobres, negrosy blancos, sin distinción se tomaron de la mano tal como lo soñó Martí, en una escena que no pudo vivir y que los niños cubanos le regalaron en el 164 aniversario de su natalicio.
Más allá del embrujo de estas pequeñas horas en que los niños jugaron a ser partícipes de los cuentos, primó la enseñanza que emanan de estos escritos, dedicados especialmente para los que saben querer, para los que al decir de su propio autor son la esperanza del mundo.