Las cifras de niños diagnosticados con la COVID 19 en Cuba y en el resto del mundo indican que los infantes no son inmunes a este padecimiento. Contrario a las hipótesis manejadas al inicio de la pandemia por algunos medios de prensa internacionales, ellos también corren peligro al contraer la enfermedad.
Atrás quedó el mito de que el SARS CoV- 2 solo representaba un riesgo para las personas de la tercera edad y con padecimientos crónicos de base como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus o los problemas cardiovasculares.
Los ancianos son, hasta el momento, el grupo etario más vulnerable de sufrir las graves consecuencias del coronavirus; pero las noticias llegadas, cada día de varios países del mundo, demuestran, no son los únicos.
Las estadísticas revelan que Cuba acumula, desde la aparición del primer caso positivo reportado en el mes de marzo, y hasta la fecha, 5 222 pacientes diagnoticados con la enfermedad, de ellos más de 500 en edad pediátrica.
El incremento de niños contagiados con la enfermedad, alerta sobre la necesidad de extremar las medidas para proteger a los infantes de este flagelo, que ya cobra la vida de algunos pacientes de muy corta edad en el mundo, y en cuyas personas puede dejar secuelas, muchas de ellas, aún desconocidas por la ciencia.
Villa Clara resulta la primera provincia cubana que dispone de una evaluación cardiovascular a niños que fueron positivos por la COVID-19, cuyo estudio será extendido a todo el país por disposición del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Cinco de los más de treinta estudiados presentaron complicaciones cardiovasculares ejemplificadas en la miocarditis o alteraciones en el músculo cardíaco, y de pericarditis, considerada como una inflamación e irritación de la membrana que rodea al corazón. (http://www.vanguardia.cu/villa-clara/18056-investigacion-villaclarena-con-ninos-recuperados-de-la-covid-19-se-extendera-en-elpais?
Aunque se avanzado en el estudio de esta enfermedad y los ensayos clínicos de candidatos vacúnales constituyen noticias halagüeñas, cuyos resultados se verán a mediano o largo plazo; para la COVID -19, no existe todavía una cura.
El distanciamiento físico, el uso del nasobuco correctamente y el aislamiento social son las únicas armas disponibles en la actualidad para combatir la COVID-19 .
Corresponde a la familia en primer lugar velar por la protección de los infantes, es necesario el cuidado individual de cada uno de los miembros que con ellos comparten espacios y enseñar a los más pequeños la importancia de cumplir con las medidas higiénico- sanitarias para evitar el contagio de una enfermedad que no distingue raza, edad, sexo o credo.
