Este proyecto nacido de la investigación de dos escritores de San José de las Lajas, Ricardo Ortega , y Norberto Domínguez , fallecido, fue un feliz y bien aventurado proyecto para que unidas viejas y nuevas generaciones sigamos apostando por leer y conocer la obra carpenteriana .
“El reino de este mundo “, que tiene como referendo histórico el Haití olvidado, que fue el primer país independentista de América, el primer estado negro, la primera revolución antiesclavista. Aquí Alejo recrea palacios y riquezas, reyes y deidades, guerreros y batallas amores y tradiciones, que por maravilloso es divino.
“Los pasos perdidos “ nos remonta en un viaje en el tiempo y el espacio como categorías filosóficas que nos lleva bajo el pretexto de la música, desde el sistema capitalista hasta las raíces de la vida en la comunidad primitiva, descubriendo paisajes y convivencias, carencias y afectos y nos pone a navegar por el Orinoco que al desbordar su rebeldía nos deja varados sin marcas que nos podrían a la existencia auténtica de la vida como llama el mismo Carpentier.
Ambas obras son íconos de obligada referencia en la literatura cubana y universal .No es posible dejar de mencionar entre otros “El siglo de las luces”, el cuento simbólico “Viaje a la semilla” o” La consagración a la primavera” que en su página 178 de la primera edición cubana aparece nombrado el pueblo de San José de las Lajas y la ceiba centenaria , en las canteras de Camoa entre los Cuatro Caminos y San José con su reconfortarle sombra, para darle cobija al
caminante que bien debía ser el propio autor hijo de rusa y francés, nacido en 1904 y criado en libertad campestre en su finca de” Loma de tierra”
A Ricardo y Norberto les agradecemos sus caminatas para determinar el lugar que cierto o no fue ubicado en la finca Linares, cruzando la línea férrea paralela a la carretea Central. Allí en
una espaciosa arboleda erguida en su pedestal, se impone majestuosamente la presencia de una ceiba.
Aunando esfuerzos y voluntades el 26 de diciembre de 1992 en pleno período especial, apoyados en sus locos amigos; Noa, Luisito, Garcell, Alexis el pintor, Felicita, Ivette del Risco, Reglita,
Virgen, Juliana María y otros más, se realizó el primer encuentro y apareció la loma, las flores, micrófonos y hasta una guagua para los invitados de la capital, nos acompañaron siempre con una misma fiel voluntad.
Desde San José de las Lajas concurrimos cada año en bicicleta o a pie como se hizo habitual, y se iba llenando el lugar en el que todos éramos testigos de un acontecimiento único, magistral, de seductor ambiente y solidaridad que como me confesara en una oportunidad Lidia Estévez -y quizás no le faltó razón- en ese lugar habitaba la mágica espiritualidad de Carpentier.
Es cierto que ya no estarán entre nosotros Lilian Estévez de Carpentier, la trovadora Teresita Fernández y su voz, Norberto Domínguez, el fundador, Fernando Rodríguez Sosa crítico literario, y muchos otros más, pero los que tuvimos el privilegio de conocerlos diremos presente cuando se haga el recuento necesario y aplaudiremos la iniciativa de la Brigada Hermanos Saiz en la capital de Mayabeque de retomar el camino en el que nuevas voces se alzarán al tomarse de las manos y se haga la ronda en la ceiba milagrosa de Don Alejo.