La ceiba de Don Alejo sueño y realidad

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Cuando amanezca este 17 de diciembre,  casi seguro habrá una brisa  invernal que no será impedimento para celebrar un  aniversario más  del nacimiento del escritor cubano, Alejo Carpentier  devenido lajero  por vocación y a la vez rememorar  la  fundacional  de un acontecimiento socio-cultural:  La ceiba de Don Alejo”.

Este proyecto nacido de la investigación de dos escritores de San José de las Lajas, Ricardo Ortega , y Norberto Domínguez , fallecido, fue un feliz y bien  aventurado proyecto para que unidas viejas y nuevas generaciones  sigamos apostando por leer y conocer la obra carpenteriana .

“El reino de este mundo “, que tiene como referendo histórico el Haití olvidado, que fue el primer país independentista de América, el  primer estado negro, la primera revolución antiesclavista. Aquí Alejo recrea palacios y riquezas, reyes y deidades, guerreros y batallas amores y tradiciones, que por maravilloso es divino.

“Los pasos perdidos “ nos remonta en un viaje en el tiempo y el  espacio como categorías filosóficas que nos lleva bajo el pretexto de  la música, desde el sistema capitalista  hasta las raíces de la  vida en la  comunidad primitiva, descubriendo paisajes y convivencias, carencias y afectos  y nos pone a navegar por el Orinoco que al  desbordar su rebeldía  nos deja varados sin marcas que nos podrían a la  existencia auténtica de la vida como llama el mismo Carpentier.

Ambas obras son íconos de obligada referencia en la literatura cubana  y universal .No es posible dejar de mencionar entre otros “El siglo de  las luces”, el cuento simbólico “Viaje a la semilla” o” La  consagración a la primavera”  que en su página 178 de la primera  edición cubana aparece nombrado el pueblo de San José de las Lajas    y la ceiba centenaria , en las canteras de Camoa  entre los Cuatro  Caminos y San José con su reconfortarle sombra, para darle cobija al 
caminante que bien  debía ser el propio autor hijo de rusa y francés,  nacido en 1904 y criado en libertad campestre en su finca de” Loma de  tierra”

A Ricardo y Norberto les agradecemos sus caminatas para determinar el lugar que cierto o no fue ubicado en la finca Linares, cruzando la línea férrea paralela a la carretea Central. Allí en 
una espaciosa arboleda erguida en su pedestal, se impone majestuosamente la presencia de una ceiba.

Aunando esfuerzos y voluntades el 26 de diciembre de 1992 en pleno período especial, apoyados en sus locos amigos; Noa, Luisito, Garcell, Alexis el pintor, Felicita, Ivette del Risco, Reglita, 
Virgen, Juliana María y otros más, se realizó el primer encuentro y apareció la loma, las flores, micrófonos y hasta una guagua para los invitados de la capital, nos acompañaron siempre con una misma fiel voluntad.

Desde San José de las Lajas concurrimos cada año en bicicleta o a pie como se hizo habitual, y se iba llenando el lugar en el que todos éramos testigos de un acontecimiento único, magistral, de seductor ambiente y solidaridad que como me confesara en una oportunidad Lidia Estévez -y quizás no le faltó razón- en ese lugar habitaba la mágica espiritualidad de Carpentier.

Es cierto que ya no estarán entre nosotros Lilian Estévez de  Carpentier, la trovadora Teresita Fernández  y su voz, Norberto Domínguez, el fundador, Fernando Rodríguez Sosa  crítico literario, y  muchos otros más, pero los que tuvimos el privilegio de conocerlos  diremos presente cuando se haga el recuento necesario y aplaudiremos  la iniciativa de la Brigada Hermanos Saiz en la capital de Mayabeque de  retomar el camino en el que nuevas voces  se alzarán  al tomarse de las manos  y se haga la ronda en la ceiba milagrosa de Don  Alejo.

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