La noche abriga la quietud, para algunos es descanso, para otros es bregar ante los complejos desafíos de las ciencias, estudios que precisan de consagración y perseverancia.
En ese camino van hombres y mujeres convencidos de la importancia de cada minuto de investigación.
Este día es la suma de tantísimos recuerdos en los que afloran protagonistas y hechos que revelan esfuerzo, tropiezos, resultados y cimientes de los logros que distinguen a San José de las Lajas como potencial científico.
Laboratorios, campos, bibliotecas reciben a diario a quienes retan utopías para hacer realidad la esperanza, lección bien aprendida del vigía mayor, cuyo pensamiento medioambientalista resulta imprescindible.
Y transcurren las horas de un día nublado, con temperatura agradable que para nosotros es invierno, un día que acentúa una nueva jornada que no entiende de tibiezas y si de insistencia en esa pretensión altruista de multiplicar el bien.
El día continúa, es fecha que reconoce a los hacedores de hechos cotidianos y a la vez sublimes de las ciencias que llevan en sí mismos la máxima de contribuir al desarrollo de la nación.
Es un día más de combate contra un enemigo invisible y letal, un día de batalla contra los demonios, dígase Covid19, dígase negligencia, indisciplina, e irresponsabilidad de algunos.
Es un día más de crecimiento ante el desafío de defender la vida, en ese camino por la victoria van los hombres y mujeres de ciencias de la mayor de las Antillas