Establecido el primero de julio como la jornada para agasajar a los historiadores de todo el país, la trascendental efeméride constituye, también, impulso de confirmación de su responsabilidad para perpetuar el progreso de la historia desde la indagación, publicidad, instrucción y conservación del patrimonio histórico
Los historiadores cubanos son parte del pueblo, por ello ratifican su condena y rechazo a la Ley Helms-Burton, distintivo actual de la disparidad imperial que olvida nuestra soberanía e intenta, con el garrote, doblegarnos. Esta es una nueva escalada de ataques del imperialismo estadounidense y su vigente régimen contra la Revolución Cubana y los movimientos de izquierda en América Latina, ante la cual ratifican la conservación del socialismo y sus conquistas, al igual que el perfeccionamiento de una cultura emancipadora, insuperable y antimperialista, de la cual los historiadores también son creadores.
El 1ro. de julio, la fecha en que Emilio Roig de Leuchsenring se adjudicó en 1935 el máximo compromiso de la Oficina del Historiador de la Habana, deviene día de deferencia y de reencuentro con la sublime labor de la memoria.
El Día del Historiador Cubano forma un espacio concreto para la distinción y reconocimiento a los historiadores cubanos y de compromiso para continuar desarrollando la historia a favor la preservación del patrimonio histórico de la nación cubana.