“Hemos venido a este mundo como hermanos; caminemos,
pues, dándonos la mano y uno delante de otro”.
William Shakespeare
La oscuridad nos ha azotado los últimos días. Una mezcla de preocupación e incertidumbre al borde de la desesperación marcan el latir de lajeras y lajeros, que cuentan las horas para el restablecimiento del servicio eléctrico.
En medio de esa realidad a la que se enfrenta toda Cuba, cada quien esgrime razones, ideas y situaciones personales, en medio de una crisis económica que también azota el bolsillo de todos y, bien sabemos que detrás de algo que se eche a perder por falta de refrigeración, hay dinero invertido y sacrificio.
Estos días de octubre no han sido fáciles y los que siguen tendrán su complejidad a la que no somos ajenos, de ahí que se requiere mucha fuerza de voluntad y comprensión, desesperarse no resuelve el problema que tratan de solucionar los trabadores del sector eléctrico.
Para ellos el día ya no tiene 24 horas, multiplican cada minuto para solucionar lo que nos aqueja, y aun cuando algunos no quieran mencionar al bloqueo, está ahí y claro que incide.
La solidaridad ha develado caminos estos días, en medio de la obstinación han aparecido acciones que hermanan, la sinergia ha mostrado su rostro al poner a prueba el valor de la unidad.
La oscuridad nos ha azotado y no se sabe cuántos días más faltarán para que se haga la luz de una vez por todas; mientras juntemos buenas ideas, salvemos la esperanza e insistamos en fraguar el futuro.