El equilibrio emocional, una batalla de los profesionales de la salud

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El personal que labora directamente en el enfrentamiento a la COVID – 19 puede experimentar como el resto de la población importantes cambios en la salud mental. A sus manifestaciones más frecuentes, la preparación que reciben y el papel de la familia para lograr el equilibrio emocional de estos trabajadores, nos acerca Alfredo Duvergel Moreira, Licenciado en Psicología, Especialista en Psicología de la Salud y Coordinador de Promoción de Salud en la Dirección Municipal de Salud de San José de las Lajas.
Periodista: ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes en las situaciones de crisis que puede experimentar el personal que labora directamente en el enfrentamiento a la COVID- 19, desde el punto de vista emocional, cognitivo, físico e interpersonal?
Licenciado Alfredo Duvergel Moreira: Sin lugar a dudas, la pandemia de la COVID-19 ha supuesto que sean muchas las personas que actualmente se están exponiendo a una situación de crisis. Hablo de crisis, porque son condiciones realmente insólitas e inesperadas para la mayoría de los cubanos. Como situación de crisis, son disímiles las consecuencias que puede traer consigo en el plano de la salud mental, sobre todo en aquellas personas que están en el enfrentamiento directo a la enfermedad, no solo trabajadores de la salud, también choferes, personal de servicio, entre otros.

Es muy corto el período que ha transcurrido desde el surgimiento de la enfermedad para hablar de síntomas o trastornos que sean regularidad a nivel mundial, pero sí existen estudios de experiencias previas en otras pandemias o catástrofes naturales; y ya existen algunos resultados de monitoreos hechos a las funciones fisicas y psiquícas de las personas más implicadas en el enfrentamiento a la COVID-19.

En el plano físico son comunes manifestaciones como el agotamiento, la fatiga, la pérdida de la capacidad de rendimiento; también se describen cambios en lo sensitivo y el surgimiento de algunas entidades o síndromes psicosomáticos.
En cuanto a lo cognitivo, la COVID-19 no debe tener grandes influencias en el funcionamiento ni en el rendimiento cognitivo, pero sí es posible que existan cambios a nivel representacional de lo que es la enfermedad, que en el caso de los implicados en la primera línea de enfrentamiento, pasa por el prisma de la vivencia en primera persona.

En el plano emocional, condiciones como la separación de la familia, la sobreexigencia laboral, el temor por la exposición al riesgo entre otros factores, pueden traer consigo síntomas como los trastornos del sueño, la ansiedad mantenida, la depresión, manifestaciones como irritabilidad, ira, conflictos decisionales, inseguridad y por supuesto el estrés como manifestación psicólogica de frecuente aparición cuando las demandas derivadas de la situación de crisis superan los recursos personales, cognitivos, emocionales y de afrontamiento que cada persona ha formado a través de su vida par responder a situaciones difíciles. A largo plazo, sería interesante estudiar la influencia que podrá tener la situación que actualmente afrontamos en el surgimiento posterior de síndromes asociados a las fobias, la obsesión-compulsión y el estrés postraumático. Aunque estos son los síntomas más frecuentes, la posible aparición de ellos depende en cierta medida de las experiencias anteriores de la persona y las carasterísticas de la personalidad.
Los aspectos interpersonales tienen una importancia relevante, ya que de manera temporal existen separaciones de los grupos habituales de relación, se ven interferidas las redes de comunicación habitual y todo esto puede tener su repercusión a nivel emocional. No todo es negativo, también en estas situaciones, unidos por objetivos comunes, han surgido nuevas relaciones interpersonales, nuevos amigos y hasta nuevos grupos.

P: ¿Qué preparación debe recibir el personal que labora en el enfrentamiento de esta pandemia, una situación nueva a nivel mundial?
ADM: Más allá de la preparación profesional debe tener una preparación psicológica adecuada. No me refiero a un curso o sesiones terapéuticas específicas, sino a la identificación de recursos personales de afrontamiento, control emocional y redes de apoyo.
Tampoco se trata de la identificación inicial de estos recursos, sino del monitoreo sistemático de las funciones psíquicas de estas personas, que en ocasiones debe hacerse de forma inusitada como lo es la vía telefónica.
Entre las personas que se encuentran en el enfrentamiento directo a la COVID-19 es común el sentir de una sensación de querer hacer más, de una especie de pasión que les hace perder el conteo de las horas, o incluso sensación de frustración si el trabajo no sale como se había deseado. Lo más importante es que a pesar de las características de esta labor heroica que les ha tocado, haya espacio para la responsabilidad, el cumplimiento de las normas de bioseguridad y el autocuidado.
Es primordial cumplir con los momentos destinados para el descanso, mantener comunicación con la familia, realizar algunos minutos de ejercicios de estiramiento y respiración, intentar mantener un estado de ánimo favorable, expectativas y motivaciones adecuadas a la situación real, y sentimientos de autoeficacia, que favorecerán su mejor desempeño y su mejor estado psicoemocional.
Dentro de tanto riesgo y trabajo, siempre se recomienda el factor hedónico, o sea que la persona identifique aquellas cosas que le propician placer y les dedique unos minutos, tal vez al inicio o final del día, algunos de estos placeres pueden ser tan simples como comer una golosina, escuchar una canción.

P: ¿Cuánto puede contribuir la familia al equilibrio emocional de estos trabajadores?
ADM: La familia es uno de los elementos más importantes en el día a día de estas personas. Detrás del reconocimiento que cada jornada se hace a este personal, también va el reconocimiento a su familia, que en la mayoría de las veces está apoyando el desarrollo de estas importantes actividades.
La contribución familiar es de vital importancia para el equilibrio emocional. Es precisamente el aspecto emocional uno de los descritos como uno de las funciones de la familia y que en el caso de la familia cubana ha sido manifestado a través de la historia como una de las que las familia más cumple y protege. Somos muy familiares y muy emocionales.

En tal sentido es importante que la familia no corte las alas a aquellas personas que quieren ayudar y aportar su grano de arena, sino que participe incitando a la responsabilidad, a su cuidado, a su protección. La familia debe apoyar en los quehaceres del hogar, en el cuidado de los menores, debe evitar el tratamiento a temas de naturaleza o consecuencia conflictiva y debe hacer sentir que el funcionamiento y la armonía familiares no son preocupaciones para ese miembro de la familia.

Muchas de estas personas regresan en la tarde a la casa, pero muchas se encuentran en instituciones hospitalarias y otros centros de aislamiento. En esos casos, el apoyo adquiere características singulares y deben tomarse alternativas como las llamadas telefónicas u otros tipos de comunicación, haciendo siempre saber el respaldo familiar a su tarea, los motivos de alegría y bienestar, así como expresiones de aliento y seguridad.

P: Lograr un equilibrio emocional, ante el reto que ofrece para la salud mental los tiempos de crisis es una batalla que libra el personal que labora en el enfrentamiento a la COVID – 19 y el resto de la población a nivel mundial. Un desafío cuyo resultados depende dela disciplina personal y la colaboración de todos.

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