El doctor que cura con solo hablarte

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Doctor Juan Carlos Sotologo junto a su madre

Una frase de Gloria, una vecina muy elocuente,  me hizo reflexionar e indagar sobre el doctor Juan Carlos Sotolongo:  Él  es,  de los que cura con solo hablarte.

Al doctor Juan Carlos todos le buscan, porque al atenderte te transmite mucha paz, y es como que ya te empiezas a curar, me argumentaba Gloria, quien distingue en el galeno el conocimiento pero a la par la amabilidad y el buen trato hacia los pacientes.

Y toda razón. Se trata de un médico que propicia confianza a quien acude a su consulta, escucha con atención y explica cada detalle del tratamiento que orienta, las consecuencias de no  cumplirlo pero también las causas que pueden haber provocado el malestar.

No se aprecia apuro en su labor y quizás ello facilita que cada vez sean más los que precisen su atención y los que acudan  a sus consultas. En tiempos tan agitados como los que vivimos, donde la Covid-19 ha dejado sus peores huellas calma y beneficia el buen trato de un médico.

La paciencia para atender a un enfermo, la cordialidad manifiesta en las palabras que hasta pueden constituir un regaño a favor del bienestar pautan el buen hacer del doctor Sotolongo, un hombre cuya sensibilidad lo arropa y la modestia lo calza.

Las casualidades no están escritas, una de ellas las escribo ahora. Mientras pensaba en los argumentos de Gloria y revisaba mis archivos, encontré una fotografía de este médico, que tiene el don de apaciguar malestares.

Acompañaba a su madre en una clase de la Universidad del Adulto Mayor, donde se había solicitado la presencia de los hijos. Ese día, algunos adultos mayores fueron solos, sus hijos no pudieron estar, pero allí estuvo aquel joven galeno, y habló con sano orgullo de acompañar a su progenitora y de compartir aquel encuentro con personas de tanta sabiduría.

Obvio que el doctor Juan Carlos cura con solo hablarte, quien abriga tanta sensibilidad irradia paz, calma, ayuda, y todo ello es imprescindible para hacer más llevadera la vida.

La sapiencia no siempre se acompaña de la humildad pero, cuando se juntan germina la maravilla y  una descubre a personas como este buen doctor.

 

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