La cinecitosis presenta síntomas relacionados o producidos por aceleración y desaceleración lineal y angular repetitiva, es decir, los trastornos que suceden durante viajes por mar, aire, auto, tren. El síndrome de adaptación espacial son formas específicas de este padecimiento.
Existen causas que la pueden provocar como la estimulación excesiva del aparato vestibular en el oído, el VIII par craneal y los tractos vestibulocerebelosos, en el cerebro, dados por el movimiento, su causa primaria.
La susceptibilidad individual muy variable, los estímulos visuales por ejemplo un horizonte en movimiento, la mala ventilación agravada por el humo, el monóxido de carbono y el vapor, los factores emocionales como el miedo, la ansiedad junto con el movimiento para precipitar un ataque, constituyen otras causantes de esta enfermedad.
Entre los síntomas más frecuentes se hallan las náuseas y vómitos cíclicos, muchas veces precedidos de bostezos, hiperventilación o aumento de la frecuencia respiratoria, salivación, palidez, sudoración fría abundante y somnolencia, expulsión de gases por la boca, vértigo, dolor de cabeza, malestar general, fatiga, debilidad e incapaz de concentrarse.
Con la exposición prolongada al movimiento, el paciente se puede adaptar y recuperar. No obstante, los síntomas pueden retornar si aumenta el movimiento o se reanuda tras una parada breve.
No obstante, pueden existir complicaciones si se prolongan los vómitos, surge hipotensión o disminución de la presión arterial, deshidratación, inanición y depresión.
La profilaxis es el mejor tratamiento. Las personas deben colocarse en zonas de menor movimiento como la mitad de un barco cerca del nivel del agua, sobre las alas en los aviones. La mejor posición es la decúbito supino, es decir, boca arriba o semirrecostado con la cabeza bien apoyada y evitar la lectura.
El exceso de alcohol o comida antes o durante del viaje aumenta la probabilidad de padecer cinecitosis. Se recomienda consumir cantidades pequeñas de líquidos y comidas sencillas con frecuencia durante un viaje prolongado, aunque si se trata de un viaje corto en avión es preciso evitar los líquidos y sólidos.
Se pueden administrar fármacos profilácticos antes de que aparezcan las náuseas y los vómitos. Las personas susceptibles deben tomar 1 h antes de la salida Dimenhidrinato o Gravinol, Difenhidramina, Meclizina para reducir los síntomas gastrointestinales por estimulación vagal.