Centro de Estudios Martianos: aún crece la obra

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La aparición del Centro de Estudios Martianos hace ya 45 años, supuso un acto necesario en todos los sentidos posibles. Venía el universo cultural cubano de la difícil prueba de la primer mitad de los setentas. El prestigioso ensayista Ambrosio Fornet denominó “quinquenio gris” a aquel lapso de brumas. Y la advocación al héroe antorcha, al Apóstol del canto a la lumbre, al Sol (al margen de las manchas), vendría sin falta a cultivarnos una rosa blanca cuando tanta falta hacía.

Desde el principio, el crecimiento signó la obra. El 19 de julio de 1977, quedó abierta la Sala “José Martí” en la Biblioteca Nacional homónima. El primer director designado fue Juan Marinello. Pero el viejo luchador marxista y martiano falleció poco antes, por lo cual el escritor Roberto Fernández Retamar fue el encargado de aquella apertura.

Del Centro de Estudios Martianos hablamos propiamente a partir de su sede actual en Calzada y Cuatro, en El Vedado capitalino, fundamentada por la historia misma. Fue la mansión de la familia Bances-Martí, la casa donde vivió José Francisco Martí Zayas-Bazán, el hijo del Maestro, con su esposa María Teresa Bances. Y los libros heredados, resultaron la génesis de una biblioteca ya indispensable. Y el inmueble de alto valor patrimonial, abrió numerosas líneas de investigación en virtud del apostolado más hermoso.

La Edición Crítica de las Obras Completas sigue siendo la empresa más importante de esta institución que ya arriba a sus 45 años de existencia. El trabajo con los manuscritos expone la creación del Maestro en todo su proceso, desde la palabra tachada hasta la definitiva. El equipo de la Edición Crítica ejercita sus herramientas de investigación en el infinito universo del mester martiano, desde las personas mencionadas o solo aludidas, hasta la grafía y los colores posibles de su voz. Cada tomo publicado deviene noticia y estación imprescindible para el público lector de cualquier parte del mundo.

Cada tarea del Centro de Estudios Martianos a lo largo de estos 45 años, constituye respuesta a uno de los reclamos que vibra en la prédica del Apóstol: ganar a pensamiento la guerra mayor que se nos hace. En los libros o en el propio Anuario de la institución, se extienden los resultados de investigaciones con la amenidad revolucionaria  que el héroe recomendó. En cada aniversario de su caída en combate en Dos Ríos, Martí vuelve a la vida desde el coloquio donde concurren la trascendencia del legado y la utilidad de sus ideas, para encarar los enormes desafíos de la contemporaneidad. Regresar una y otra vez a la obra del Maestro, confirma su inmortalidad. En esa misma dimensión temporal estaría esa institución indispensable, que ahora está cumpliendo 45 años de fundado.

 

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