Anaily, judoca de méritos

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Anailys Dorvigní (derecha) de Mayabeque combate en la final de los 57 kg frente a Aliuska Ojeda, de Santiago de Cuba, durante el primer día del Campeonato Nacional de Judo femenino con sede en la sala Rafael Castiello el sábado 8 de Abril de 2017 en Guantánamo, Cuba. Foto: Calixto N. Llanes/Periódico JIT (Cuba)

Por: Radio Mayabeque.
El judo femenino de Mayabeque se prestigió con una atleta, que durante años representó con éxito a Cuba en importantes certámenes internacionales de primer nivel. Se trata de Anaily Dorvigny Hernández, que vio la primera luz en el municipio de San Nicolás el 24 de octubre de 1991.
Con el reciente retiro del deporte activo de esta destacada atleta, la más joven provincia incrementa su galería de glorias del deporte cubano, pues resultados en competencias de alto nivel  le dan el aval necesario.
A los ocho años se inició en la gimnasia rítmica, pero al presenciar las clases de judo se decidió por ese deporte al que se consagró para siempre. Las primeras técnicas sobre el tatami las aprendió de Osvaldo Herrera, (Valdy), su primer profesor, quien vio en ella talento natural y excelentes condiciones físicas.
El desarrollo de Anaily resultó meteórico; transcurridos pocos meses, ya en la categoría 9-10 años, se convirtió en monarca provincial escolar y al siguiente año en la  inmediata, repitió al ocupar la parte más alta del podio. Esos resultados  la avalan para ingresar en la Eide Provincial  Antonio Maceo, de Artemisa.
Participa en los Juegos Nacionales Pioneriles y durante dos años consecutivos se titula campeona nacional. Ya en categoría superior tiene suficientes méritos acumulados, para que los especialistas de la disciplina decidan otorgarle una plaza en la Espa Nacional en la Villa Panamericana.
A partir de entonces  su desarrollo deportivo se multiplica y comienza su asalto a objetivos superiores. Conquista la presea de bronce en su primer campeonato nacional juvenil y en la edición siguiente se adueñó de la corona.
El debut  de Anaily en competencias internacionales aconteció a los 16 años de edad, durante el Campeonato Mundial Juvenil que se realizó en Marruecos, donde la cubanita no pasó de su primer combate. Posteriormente recibió fogueo en lides nacionales y fuera de nuestras fronteras, eventos que le propiciaron maestría deportiva suficiente para afianzarse entre las primeras figuras de su división.
Aún estaba en edad juvenil cuando intervino en certamen de nivel superior, el Campeonato Nacional  de 1ra. Categoría y sorprendió al adjudicarse una meritoria medalla de bronce. Ingresó en la Preselección Nacional de mayores en 2006.
Durante sus 13 años como miembro de la Preselección Nacional élite, en los primeros cinco defendió la división de 63 kilogramos, pero por estrategia de los técnicos la bajaron a 57, división que siempre le costó muchos sacrificios para mantener el peso.
En campeonatos nacionales de máxima categoría Anaily se tituló reina de los 57 kilos en tres ocasiones, la primera  en 2015 y repitió en 2017 y 2018).
A nivel nacional, además de las lides élite, intervino en los tradicionales torneos Yudoguis Dorados, con participación de  las mejores exponentes de todas las provincias y en dos ocasiones subió a la parte más alta del podio.
Entre los numerosos eventos internacionales en que tuvo protagonismo destacan el Mundial de Río de Janeiro 2013, en los que ganó medalla de bronce; En República Dominicana se agenció tres diademas, dos de ellas en Festivales de la Mujer; además en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, en 2017 se anexo otra en  el torneo clasificatorio para los Centroamericanos de Barranquilla.
Ese mismo año la ciudad  azteca de Cancún organizó el Grand Prix, donde la nicolaseña mostró su estabilidad al adueñarse del subtítulo. En 2018 subió al tatami de los XXVIII Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, Colombia y se adueñó del metal plateado al ceder por el título,  ante la alemana radicada en Panamá Myriam Rope.
Asistió al Campeonato Mundial celebrado en Budapest, Hungría. Otro importante certamen al que asistió fueron los Juegos Mundiales Universitarios donde quedó en el quinto peldaño.
Compitió en otros certámenes continentales con saldo de dos metales de bronce, uno de ellos en la capital cubana. También en fecha no precisada de finales de la misma década, tomó parte en un tope contra Brasil y  se adueñó del premio plateado.
En abril del 2019 inició la recta final de su carrera deportiva,  primero asiste al Campeonato Continental en Costa Rica, en busca del boleto para los Juegos de Lima, pero no lo consigue. Ese propósito lo cumple al siguiente mes en Panamá donde gana el oro y su pasaje a la capital peruana, uno de sus objetivos más anhelados.
En agosto se realizan los XVIII Juegos Panamericanos de Lima, Perú. En la premiación oficial del judo Anaily no estuvo presente pues quedó quinta; pero pasado algún tiempo, al conocerse los resultados de las pruebas antidoping, se descubrió que dos de las medallistas fueron descalificadas al dar positivas y el bronce pasó al pecho de la mayabequense.
Al regresar de Lima, solicitó la liberación del Equipo Nacional;  en la decisión influyó mucho que durante ocho años, por disciplina y necesidad del equipo,  tuvo que mantenerse en un peso corporal inferior al suyo, con los consiguientes sacrificios para su organismo.

Además, había sufrido lesiones y tratamientos quirúrgicos, por lo que consideró  era el momento preciso para dejar el camino a otras jóvenes con perspectivas. Tras ser  aprobada su solicitud, la tricampeona   nacional inicio la etapa de desentrenamiento físico durante un año.
Desde el 2018 se había graduado de Licenciada en Cultura Física y Deportes. En 2020  inició su vida laboral como entrenadora de judo con escolares  en su pueblo natal.
En varias ocasiones fue distinguida con su inclusión en la selecta lista de mejores atletas del año en su provincia. La merecida ceremonia oficial de su retiro como atleta activa, se efectuará cuando lo permitan las condiciones epidemiológicas motivadas por la Covid-19.
Sobre lo que representó ese deporte en su vida, Anaily expresó: “El judo significó mucho, pues gracias a él recibí educación integral, me inculcó disciplina, voluntad, sentimientos de compañerismo; me proporcionó muchas buenas amistades. Me siento privilegiada porque fui  alumna del profesor Ronaldo Veitía, ejemplo de  entrenador y educador; también por el respaldo total de mi familia, especialmente de mi padre; me enorgullece haber representado a mi Patria en  muchos países “.
La destacada judoca es la fémina de ese deporte que mayores triunfos proporcionó a su terruño natal y a Mayabeque, su hoja de servicios acumula méritos suficientes para recibir la condición de Gloria del Deporte Cubano.

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