Entre nosotros resulta una empresa doblemente sensible. Esa tarea que subvierte el sufrir, cultiva las armonías del alma, devuelve alegrías y nos regresa la sonrisa; pero la hace verdaderamente grande por realizarla junto a la familia.
Cuidar la salud de quien lo necesite, en cualquier parte del mundo, aliviarle cualquier afección, convierte en camino hermoso las horas inexorables del día.
Vencer al dolor confiere una perspectiva especial para la docencia y convierte en educador al personal que lo haga. La ofrenda deviene buenamente proceso de enseñanza, con la cual crecemos todos sin excepción.
El trabajo del médico constituye en esta isla oficio multicolor. Niños apuestan por conquistar el mundo, cuando la mano amorosa les hace inmejorables sus momentos de aprendizaje.
Albricias para nuestros médicos, enfermeras, técnicos de la salud en el Día de la Medicina Latinoamericana, por hacernos más certidumbre aquel otro compromiso del Héroe con la esperanza del mundo.