Abdala

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Abdala. Poema dramático. Constituye la primera pieza de José Martí de su amplia papelería de méritos literarios y artísticos, publicado en el periódico La Patria Libre. Representa un texto de amor juvenil a la patria, donde por vez primera el negro fuera de su posición exótica y divertida en el teatro bufo, es un héroe que encarna virtudes patrióticas y militares.

El poema dramático “Abdala”, fue escrito expresamente para la patria por José Martí. Este poema ve la luz en el año 1869, con la primera guerra cubana contra España como escenario político. En sus ocho escenas, el joven Martí esboza sus ideales patrios y ofrece una visión anticipada de su propia vida.

Una de las grandes pasiones de José Martí, desde su adolescencia, lo será el arte dramático, tan íntimo para su subjetividad de poeta. Por eso, no es de extrañar que, la primera pieza de su amplia papelería de verdaderos méritos literarios y artísticos lo sea un poema dramático como “Abdala”.

Decretada la Ley de Libertad de Reunión y de Imprenta, Martí aprovecha eficientemente esta oportunidad, escribe pequeñas publicaciones y en otras colabora con Fermín Valdés Domínguez. En estas circunstancias aparece el poema épico – dramático “Abdala”, en el periódico La Patria Libre. Lo acompañaba una indicación inicial: Escrito especialmente para la patria.

Cuando se produjeron los vandálicos sucesos del Teatro Villanueva, según lo evoca, varios años después, y en sus Versos Sencillos, el propio José Martí, una madre salió en medio de la noche y de la violencia desatada por los cuerpos paramilitares de los Voluntarios en reclamo y rescate de su hijo.

Aquella imagen materna no era sino la de doña Leonor Pérez, y el adolescente que protagoniza la historia, un muchacho de apenas quince años que, unos días más tarde, cumpliría los 16 y que preparaba la única edición que logró realizarse, durante el breve período de libertad de imprenta, decretado por las autoridades españolas, de aquel semanario que se llamó La Patria Libre, y en cuyas páginas se publicó,  su poema dramático “Abdala”, considerada no sólo la primera pieza de su dramaturgia, sino una abierta confesión de fe, y de compromiso, al traducir a las imágenes del joven guerrero árabe, en los desiertos africanos, la proyección de aquel adolescente, igualmente rebelde y de ideario patriótico, en medio de la guerra que ya había estallado en La Demajagua y a la que sumaba su espíritu y su vida.

Nubia, lugar donde se desarrollan las acciones, fue un pequeño país del Continente africano, invadido por los árabes, este material histórico y verídico es el sustento de la intención y la finalidad comunicativas del texto antes citado. Además sirve como base para formular la alegoría, con la cual alude a la situación política nacional. Desde un punto de vista del análisis la obra asume una aparente dualidad entre su carácter realista y el alegórico, sin embargo la contraseña: Escrito especialmente para la patria, nombra directamente al receptor del mensaje.

Caracterización de la obra

El conflicto del hombre contra sus semejantes, la disyuntiva entre el amor maternal y el amor a la patria son los hilos conductores de la trama, hasta el punto que sobresale la caracterización moral del personaje por sobre la física. Personajes como la madre y la hermana son clasificados por su actuación como antagonista y deuteragonista.

El punto de ataque de la obra es la llegada de las tropas invasoras, a partir de él aparecen los demás personajes ya inmersos en las mismas.

El adalid de las tropas nubias es caracterizado como impetuoso, valiente, corpulento, especificidades que se expresan literariamente en versos como: “ Por fin potente mi robusto brazo / Puede blandir la dura cimitarra…

Recursos como el tono exaltado del diálogo acentúan el carácter del guerrero, también manifiestan su conducta los propios diálogos que sostiene con su madre. V. gr. “¡ Un rayo solo detener pudiera / El esfuerzo y el valor del noble Abdala! /¡A la guerra corred, nobles guerreros, / Que con vosotros el caudillo marcha!

Los parlamentos de los personajes son extensos o que es un indicio de la orientación hacia la lectura y no propiamente hacia la representación como requisito indispensable de las obras propiamente dramáticas.

Abdala marca el nacimiento de la evolución de las ideas patrióticas de José Martí, que luego comenta con Mendíve, durante la prisión de este. Martí el apóstol

Hay varias situaciones en las que se evidencian similitudes entre la obra y la realidad cubana de ese momento: el numeroso ejército español destacado en la Isla y la escena en al que el senador expresa las enormes tropas del opresor, se refiere al número de lanzas y de tiendas.

A los símbolos del poder se oponen otros que constituirán leimotiv en la obra martiana: el laurel y la presencia de la libertad como condición esencial para el hombre. El valor simbólico le añade una mayor connotación al aspecto autobiográfico porque Martí sintió a Abdala dentro de sí mismo. Como expresan los versos del poema … ¡ Oh, que dulce es morir cuando se muere / Luchando audaz por defender la patria! . Esta proposición se une a lo que en otros textos martianos aparece reiteradamente como la idead de la muerte necesaria.

Adquiere notoriedad que el protagonista no muestra una evolución ideológica, sino que su sistema de principios es definido desde el momento mismo en el que se presenta al personaje, por lo que esto constituye otro argumento que serviría para comprobar la hipótesis del acentuado carácter autobiográfico, existente en el poema, con lo que no se puede circunscribir este aspecto solo a las semejanzas entre Martí y el protagonista, debido a que un planteamiento de esta magnitud tiene como punto de partida al componente axiológico del ser humano.

Personajes de la obra

Cuatro son los personajes principales de esta obra que se desarrolla en un país denominado Nubia. Además de Abdala están Espirta y Elmira, madre y hermana, respectivamente del joven guerrero, un senador y varios consejeros y soldados.

La obra comienza cuando el senador le comunica a Abdala que un feroz y necio conquistador amenaza, y que había enviado un emisario reclamando que se rindiese fuego y aire, tierra y agua. Ante esa noticia el personaje Abdala responde con firmeza: 

Pues decidle al tirano que en la Nubia
Hay un héroe por veinte de sus lanzas:
Que del aire se atreva a hacerse dueño:
Que el fuego a los hogares hace falta:
Que la tierra la compre con su sangre:
Que el agua ha de mezclarse con sus lágrimas.

El drama en verso Abdala se desarrolla en ocho escenas. Particularmente significativa es la cuatro, en la que se produce un emotivo dialogo entre Espirta y su hijo. La madre, temerosa que Abdala pueda morir en la guerra, lo trata de retener, a lo que el joven le responde:

¿Yo detenerme, madre? ¿No contemplas
el ejercito ansioso que me aguarda?
¿No ves que de mi brazo espera Nubia
la libertad que un bárbaro amenaza?
¿No ves cómo se aprestan los guerreros?
¿No miras como brillan nuestras lanzas?
Detenerme no puedo, ¡oh, madre mía!
¡Al campo voy a defender mi patria!

En la escena siguiente, en la continuidad del dialogo entre la madre y el hijo, a través de lo que dice el personaje Abdala, Martí ofrece una imagen llena de trascendencia acerca del significado que le concede al vocablo Patria.

El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca;

Y más adelante también hizo referencia a lo que representaba para él la defensa de la patria, cuando en voz de Abdala manifestó:

Quién a su patria defender ansía
Ni en sangre ni en obstáculos repara;  “La Patria Libre”.

Este drama en verso concluye cuando Abdala, tras haber participado en los combates, yace moribundo, pero feliz porque siente la satisfacción de que el enemigo había sido vencido.
Precisamente el drama termina con estas palabras de Abdala:

¡Nubia venció! muero feliz: la muerte
Poco me importa, pues logré salvarla…
¡Oh, qué dulce es morir, cuando se muere
Luchando audaz por defender la patria!

Cuando se publicó “Abdala”, Martí estaba a punto de cumplir 16 años, y ya hacia varios meses que en Cuba se combatía por alcanzar la independencia.

En gran medida la vida de Abdala descrita por Martí fue como un anticipado reflejo de su propia existencia, ya que con el decursar del tiempo él supo incluso enfrentarse a contradicciones que surgieron en el seno familiar, por su decisión de darle prioridad absoluta a todo lo referido al desarrollo de la lucha por la independencia de su tierra natal.

Al igual que Abdala, Martí supo luchar y morir en defensa de su Patria.

Resultó “Abdala” la primera obra que se conozca de envergadura escrita por José Martí. Otras obras le seguirían, como las tituladas Adúltera, en tres actos; Amor con amor se paga, representada en México el 19 de diciembre de 1875, el drama indio Patria y libertad, escrito durante su estancia en Guatemala; y la novela Amistad funesta, que se publicó en 1885 en el Latino Americano, periódico bimensual y órgano de la Compañía Hocktograph de Nueva York, aunque la novela salió firmada por Adelaida Ral, seudónimo utilizado por Martí.

El crítico Rine Leal refiere: «“Abdala” es un poema dramático de hondo sentido independentista, a pesar de la estratagema que el autor utiliza para alejarla en tiempo y espacio de la Cubainsurgente. Como obra teatral, el poema es breve, directo, sencillo en su desarrollo dramático, apenas el climax de una situación rápidamente expuesta, pero debemos admirar el sentido épico que el joven autor de dieciséis años confiere a su material.

Difusión de la obra en otros idiomas

Ha sido traducido a otras lenguas modernas aquel texto fundacional de la poética martiana, y de su ideario político y revolucionario, al reunirse en el multimedia no sólo el original en español, sino la traducción de la pieza del Apóstol, entonces sólo un estudiante del colegio San Pablo, que dirigía su mentor, el también poeta Rafael María de Mendive, y que apareció en enero de 1869.

Traducido por varios especialistas cubanos a los idiomas inglés, alemán, francés, italiano, portugués y árabe,  permite, también, la difusión de esta obra en otras latitudes y culturas, subrayándose, además, los históricos vínculos martianos, en su discurso literario, con las raíces de la cultura árabe, protagonistas del poema dramático, desde sus personajes y circunstancias, recurso por cierto que solía utilizarse, como elemento para expresar las ideas en un concierto de censura colonial, por numerosos poetas románticos cubanos en el siglo XIX, quienes cantaban a las gestas heroicas de otros pueblos, como los de Polonia, Grecia y del Mundo árabe, para decir sus propias vivencias, desde la realidad de una Cuba aún sometida al yugo

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