Para que un centro de recreación y/u hospedaje propicie calidad de vida no sólo ha de tener buenos servicios, un mobiliario práctico con cantinas, bares y alcobas de alto rango, es indispensable además poner a disposición de los ciudadanos zonas verdes a través de políticas responsables con el medio ambiente que también acojan al vacacionista.
Pensemos entonces en todas las bases de campismo situadas en el litoral de la joven provincia de Mayabeque y en sus playas. Esas áreas son claves para mejorar el vigor de la población, pues actúan como pulmones que renuevan el aire polucionado, al tiempo que relajan
y suponen una evasión necesaria.
Son innumerables los estudios que han concluido la conveniencia de tener árboles cerca del hogar, espacios naturales en los que poder hacer ejercicios, dar un paseo o simplemente sentarse para leer, conversar o hacer cualquier otra actividad.
Esta puede ser además otra opción para estos meses de julio y agosto un simple recorrido por nuestros campos, por zonas que quizás con la premura de lo cotidiano obviamos y sin embargo permanecen ahí dispuestas a regalarnos todos sus encantos.
Por último, quiero referirme al contacto con la naturaleza que, según expertos beneficia a largo plazo. No en vano, los parques, jardines y pequeñas arboledas son auténticos oasis en medio de la jungla urbana, unos valiosos recursos para mejorar la salud y el bienestar. Solo falta nuestro voto a favor del medio ambiente para pasarla bien.