Una fábrica lajera y su historia

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Importantes sitios arqueológicos como la Región Pictográfica de Guara, tierras fértiles para los pastos del ganado y figuras de gran relevancia como Jacinto Hernández, quien, siendo alcalde del pueblo, se incorporó a las luchas independentistas, entraña la historia de San Antonio de las Vegas. 

También se ciñe a sus memorias, la Fábrica de Tabaco “El Cacique”, centro que gracias a la esforzada y encomiable labor de sus directivos y trabajadores, ha sabido empoderarse de las cualidades que su nombre simboliza. 

Su cacicazgo en la producción de tabaco para el consumo Nacional y la exportación en diferentes surtidos y marcas, se debe a la estabilidad de su colectivo laboral, al sentido de pertenencia y la constante emulación interna, acicate para mantener el ritmo de trabajo y la calidad de sus producciones. 

La construcción de la parte donde se confecciona el tabaco inició el tres de mayo de 1998 y el cuatro de junio del año siguiente comenzó a funcionar, gracias a la instrucción recibida en La Habana por la primera anilladora y un escogedor, quienes posteriormente capacitaron a los obreros que trabajarían en “El Cacique”. 

La inauguración se efectuó el 17 de junio de 1999, momento que Berta Alfonso Sánchez, una de sus fundadoras, recuerda con especial cariño. En él estuvieron presentes Pedro Sáez Montejo, entonces Primer Secretario del Partido y Humberto González, quien fungía como director general de la Empresa de Tabaco Torcido de La Habana. 

Al año siguiente dio inicio la construcción del departamento de terminado y poco a poco fue aumentando la mano de obra, quienes fueron capacitados en pos de la excelencia que ostentan hoy. 

El producto terminado es la consecuencia del tránsito de la hoja de esta planta por el taller número uno, comúnmente conocido como galera, donde se convierte en tabaco redondo; luego la preparación de la materia prima y el rezagado de capa. 

En cada una es vital la habilidad y exigencia de quienes las realizan, cuya perfección, ha colocado a “El Cacique” entre las industrias punteras de este tipo actividad en Mayabeque y Artemisa. 

El ambiente familiar y entusiasta que se percibe en sus locaciones se entreteje con el delicioso aroma del tabaco y la transmisión radial que se escucha en algún sitio de la fábrica para amenizar la jornada. 

Así transcurre el día en esta fábrica que cada año exhibe lauros que justifican su nombre.

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