

Se le reconoce como el ser excepcional y ético. Con su andar cotidiano hace suya la frase martiana de que: “los médicos deberían tener siempre llena de besos las manos”.


Se le reconoce como el ser excepcional y ético. Con su andar cotidiano hace suya la frase martiana de que: “los médicos deberían tener siempre llena de besos las manos”.
