“Hay que conformar una masa crítica de gente para salvar el planeta” fueron las palabras expresadas por el Doctor en Ciencias Humberto Ríos Labrada en Almería, España, a donde llevó, además de sus experiencias, las de reconocidos productores cubanos.
Ese hombre de sencillez extraordinaria y sensibilidad exquisita protagonizó un suceso de talla universal al convertirse en el primer cubano en merecer el premio Goldman en el año 2010, considerado por los ecologistas como el Nobel Verde.
Descendiente de campesinos e investigador del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) en San José de las Lajas, comenzó su tesis de doctorado en el Instituto Superior de Pedagogía para la Educación Técnica y profesional a principios de Mil 990.
Durante el trabajo de campo observó la capacidad de los agricultores para producir sin insumos químicos, que afectan ostensiblemente el medio ambiente y la salud de las personas.
Se nutrió de la sabiduría campesina heredada de generación en generación conformando un equipo indisoluble, y fue multiplicando las semillas en condiciones de muy bajo consumo de agroquímicos”.
Bajo la premisa de “Alfabetizar y poner en el mismo plano a productores y científicos y que fuera este proceso, finalmente, liderado por los agricultores”, creó el Fito-mejoramiento Participativo en el año 2001, donde hizo extensivas sus doctrinas de proteger el medio ambiente mediante el empleo óptimo de productos naturales.
El Fito-mejoramiento Participativo dio paso al Proyecto de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), con cambios necesarios a través del tiempo, pero que mantiene la protección del medio ambiente desde la agricultura como uno de sus ejes primarios.
El Premio Goldman obtenido por el Doctor en Ciencias Humberto Ríos Labrada en el año 2010 reconoce a individuos por sus esfuerzos en la protección y mejora del medio ambiente, a veces, a costa de grandes riesgos personales, rasgos que describen sobremanera a este hombre de ciencia.