La anemia se define como una reducción del volumen de los glóbulos rojos o de la concentración de hemoglobina, por debajo de los límites de los valores de referencia en individuos sanos. Estos límites varían con la edad y el sexo. Pasado el período de recién nacido, se considera anemia, a las cifras de hemoglobina inferiores a once gramos por decilitros.
Los síntomas y signos dependen de la velocidad de aparición de la anemia. Una pérdida aguda del treinta por ciento de glóbulos rojos, conduce al shock y si no se corrige con rapidez puede llevar a la muerte. Sin embargo, en aquellas anemias de lento surgimiento, los afectados pueden tolerar, casi sin síntomas, las pérdidas de hasta un cincuenta por ciento. En estos casos no se harán evidentes la palidez de la piel y las mucosas, hasta que las cifras de hemoglobina no desciendan por debajo de ocho gramos por decilitros.
La anemia constituye el trastorno hematológico más frecuente. En Cuba prevalece la anemia por déficit de hierro o ferropénica, como también se le conoce. El hierro es un constituyente esencial de la hemoglobina y su deficiencia trae como resultado una inadecuada producción de hemoglobina y trastornos en la formación de los glóbulos rojos.
La anemia provocada por el déficit de hierro puede ser resultado de una disminución en la ingesta o absorción de este mineral, así como de una pérdida anormal del mismo. En el niño menor de tres años de edad esta afección es muy frecuente y se debe a que en este período los depósitos de hierro son muy escasos.
La dieta en los primeros años de vida es pobre en este mineral, por lo que se utilizan más sus depósitos en el hígado, médula ósea y bazo. Las causas más frecuentes de este padecimiento en esta época de la vida son: anemia en la madre, hemorragias antes o después del parto y transfusión fetomaterna o fetofetal en gemelos. Otras causas comprenden las infecciones crónicas a repetición, fundamentalmente las del tracto gastrointestinal.
La anemia por carencia de hierro es prevenible en la mayoría de los casos. Como parte de su profilaxis debe mantenerse la lactancia materna de forma exclusiva, hasta los seis meses de edad. Esto debe a que el hierro contenido en la leche materna se absorbe mejor que el de la leche de vaca.
El tratamiento específico se realiza a través de las sales ferrosas simples. La vía inyectable solo se utilizará ante una intolerancia gastrointestinal evidente o un síndrome de malabsorción.
Ante la frecuencia elevada de esta enfermedad científicos cubanos realizaron investigaciones destinadas a obtener un medicamento de origen biológico para tratar dicha entidad. Hace solo unos años se obtuvo un bioproducto de origen natural en el Centro Nacional de Biopreparados, bajo el nombre de Trofín el cualaporta elementos como proteínas, aminoácidos y minerales, necesarios para que el organismo cubra los requerimientos indispensables sin agregados químicos.
Gracias al Trofín, los pacientes pueden utilizar efectivamente las proteínas, a la vez que las sintetizan. Los aminoácidos y minerales aportados son fundamentales para la formación de anticuerpos y poseen un poder revitalizador de tejidos y de la hemoglobina.
Se ha demostrado su acción antianémica en adultos, ancianos y niños, con el posterior aumento de la hemoglobina, hierro y ferritina sérica. Su efecto reconstituyente se traduce en el incremento de las proteínas séricas, con mejoría del estado general, disminución del decaimiento y ganancia de peso en los niños.
El Trofín es un producto con muy buenas propiedades reconstituyentes. Es revitalizador, vigorizante, antianémico y bioestimulante. Su eficacia y seguridad terapéutica fue probada con muy buenos resultados en pacientes geriátricos, atletas, niños y quemados graves.
Este medicamento cuenta con certificado de patente y está registrado en Cuba y otros países latinoamericanos. Constituye un biopreparado de gran utilidad en la prevención y tratamiento específico de la anemia ferropénica, por lo que ha recibido el aval del Centro Estatal de Control de la Calidad de los Medicamentos.