Estos infantes con inquietudes deportivas compartieron equipo con estudiantes de la Secundaria Básica Ignacio Agramonte de la capital de Mayabeque, espacio donde los límites estuvieron solo en el terreno de juego y no en las aptitudes de los protagonistas.
El compañerismo y el espíritu de equipo fueron punto clave en esa cita, donde muchos de los participantes cumplieron algunos de sus sueños, anotar un gol en pleno juego o cobrar como los grandes un penalti, además mostraron a todos los presentes que de las personas diferentes también se aprende.
Ese encuentro en la ciudad condal fue el día más feliz para muchos de esos pequeños, así como momento de reflexión y emoción para quienes consideran la discapacidad un impedimento para adquirir habilidades.