Como es habitual en Cuba, la temporada veraniega llega con su intenso calor y abundantes lluvias, condiciones que propician la proliferación del mosquito Aedes Aegypti.
Durante todo el año en nuestro país, se mantiene activa la campaña antivectorial, pero en estos meses las acciones de la comunidad deben intensificarse para no darle tregua a este dañino vector.
Las medidas preventivas deben aplicarse en las viviendas, patios, zonas aledañas, siempre acompañada de la realización sistemática del autofocal y las visitas de supervisión de los operarios de la Campaña.
En estas actividades como en otras que se realizan en el seno de una familia, deben participar todos sus miembros, pues de esta forma se crea en las nuevas generaciones una conciencia preventiva sanitaria.
El hombre, como ser social, vive en comunidad y por tal razón no solo debe velar por la salud de sus familiares, sino también por la comunidad, pues lo que hoy afecta a uno, puede perjudicar a todos mañana.
Acciones como trabajos voluntarios y recogida de materias primas en la que intervine toda la colectividad deben estar planificadas y supervisadas por las organizaciones a cargo de esta función, sobre todo, los Comités de Defensa de la Revolución quienes desde el barrio velan por el correcto desarrollo de esta actividad.
Ardua y sistemática es esta tarea por eso es necesario trabajar con disciplina y percepción de riesgo.