Cuando observamos los sucesos trágicos que Cuba ha enfrentado desde la caída del avión cerca del aeropuerto Internacional José Martí el 18 de mayo de 2018, quizás algunos pudieran pensar que la isla está sola y quién sabe otras ocurrencias, que según algunas teorías sobre el efecto de lo que pensamos, no debieran pasar por la mente de quienes aman a esta tierra, pues Cuba no conoce la soledad.
Sin enumerar esos momentos difíciles que todos conocemos, queda claro que en cada uno hemos visto la respuesta de los cubanos dignos aflorar por todas partes, con las más disímiles iniciativas y con una voluntad incomparable en una muestra de hermandad y de unidad, que para mi opinión es única.
A eso nos hemos acostumbrado desde los tiempos en que se modeló ese tipo de conducta humana diferente, en la que ante una situación devastadora la tragedia es de todos y superar el mal momento es también de todos.
Esa es la razón por la que hoy llueven de todas partes las muestras de colaboración y las provincias se movilizan y mantienen alertas, solamente a la espera de las precisiones sobre lo necesario demandado por la situación ante esta nueva adversidad que la naturaleza impuso a la Atenas de Cuba.
Por otra parte desde el exterior a Cuba ha llegado la ayuda de pueblos hermanos sin condición alguna, disponiendo recursos materiales y humanos junto a fuerzas especializadas para, contribuir al fin de la catástrofe, a pesar del empecinamiento de la naturaleza que impide ser más eficientes.
Incontables son los mensajes de apoyo a la nación con el deseo del fin de este desastre que de seguro se podrá vencer.
Por estamos seguros de que Cuba no está sola, pues con la primera compañía de esta tierra son sus mejores hijos que no la abandonan en la adversidad y por el contrario unen sus esfuerzos, junto a colaboradores de cualquier parte que vengan de buena voluntad en socorro como incontables veces ha hecho la pequeña isla sembrando solidaridad en todo el mundo.
Por eso a matanzas no le falta el apoyo de todos y hay confianza en vencer este reto con la seguridad de que si en tal difícil situación Cuba no está sola, Matanzas mucho menos.
