En Cuba al igual que en el resto de los países del orbe es también esta jornada un espacio de celebración, razones infinitas le asisten a los nacidos en la mayor de las Antillas para acoger con beneplácito esta efeméride.
Cuba da cumplimiento a los diez principios que conforman la Declaración de los derechos del niño sobre los cuidados y protección que deben tenerse con los infantes.
La educación desde edades tempranas, y la atención gratuita de salud a la futura madre y al niño mucho antes de su nacimiento (que garantiza la baja tasa de mortalidad infantil que hoy exhibe Cuba,) son ejemplos de los beneficios de este grupo etario en el país.
A los infantes cubanos se les garantiza además la inmunización de enfermedades como la difteria, el tétano, tuberculosis entre otras a través de la aplicación de un sistema de vacunación en los primeros años de vida.
Otro tanto ocurre con las instituciones culturales encargadas de crear espacio para el sano esparcimiento de los niños a la vez de constituir espacios donde a través de las distintas manifestaciones artísticas se transmite además conocimientos y contribuye con la formación de valores, tarea priorizada en nuestra sociedad como fortaleza principal en la educación del hombre nuevo.
Las leyes cubanas condenan la prostitución infantil y el maltrato de cualquier tipo a los menores, normativas que protegen a todos los niños sin diferencia de sexo, credo o raza.
La atención a la infancia constituye una prioridad en Cuba, dónde pese a la actual crisis económica que enfrenta el país se trabaja para lograr el bienestar de los infantes, esos pequeños traviesos, a quienes José Martí llamó, la esperanza del mundo.
