Siempre recuerdo con alegría cuando le conocí. Fue en un Festival de la Radio, que en esa ocasión sesionó en un campamento de la agricultura en la otrora provincia de La Habana. Allí estaba el elenco de Alegrías de Sobremesa, también la orquesta Aragón y la Original de Manzanillo; y cada día Luberta escribía el guión que en la noche todos disfrutábamos.
Lo cómico de la historia fue que hablamos con él Juan Carlos y yo para pedirle que incluyera detalles de los personajes de nuestras emisoras y así lo hizo. Fue una complicidad perfecta. En las noches, cuando en el programa Alegrías de Sobremesa se daban a conocer los premios, también salían a relucir los personajes nuestros, ¡y que personajes! Reímos a más no poder.
Le vi reír mientras escribía y distinguí el buen carácter, su rostro siempre afable y su modo paternal.
Ha muerto Alberto Luberta, que triste noticia, pero a un hombre de tanta alegría, se le recordará siempre con una sonrisa. La frase más conocida de su programa es perfecta para hablar de él: ¡Que gente caballero, que gente!