Protagonistas de su tiempo

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El Día Internacional de la Mujer no es solo un instante para celebrar, es el momento preciso para recordar que las féminas, históricamente, han tenido que enfrentar discriminación, disparidad, opresión e injusticia y que sus voces braman hoy en el mundo con más fuerza.

Una conmemoración que nos permite detenernos para reconocer los retos que han enfrentado a lo largo de los años, y que la lucha de tantas virtuosas nos heredaron un país más equitativo y justo, ejemplo en el orbe, cuando de igualdad se trata.

Esta es fecha para condenar la austeridad y el machismo que tienen un lugar constante en nuestra cultura. Darnos cuenta de que muchas veces, a lo mejor sin percatarnos de ello, formamos parte del problema y permitimos que los discursos dañinos se repliquen.

Este día, tiene como espina dorsal el empoderamiento de la mujer en pro del equilibrio, justicia, paz y desarrollo. Desafortunadamente, aún en pleno siglo XXI, escuchamos felicitaciones que se basan solo en las cualidades socialmente establecidas como: abnegación, maternidad y pureza.

Desde que tengo conciencia, cada 8 de marzo escucho dos sucesos interesantes, me refiero a las congratulaciones por ser “un regalo lindo de la naturaleza” o la pregunta malintencionada de ¿por qué no hay un Día Internacional del Hombre? (sí existe, por cierto, es el 19 de noviembre).

Sin embargo, no creo que las festividades deban limitarse al simple hecho de ser mujer, lo importante es hacer énfasis en la búsqueda, que aún no termina, de la igualdad de géneros, lo cual no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible.

Se necesitan redoblar esfuerzos en las sociedades actuales por encontrar una equidad definitiva y por un desarrollo íntegro de la dignidad de la mujer. Es importante que se dediquen momentos a entender que la vida ha ido cambiando a través del tiempo, conforme se han transformado las necesidades, pero el objetivo sigue siendo el mismo, reflexionar sobre cómo vamos y qué nos falta para ser factores de cambio desde la familia.

Seamos conscientes de las situaciones que se viven a nuestro alrededor para activamente modificar nuestro entorno. La mujer es más que un estereotipo de belleza, dulzura y obediencia, es un ser activo capaz de transformar la realidad con inteligencia.

Queda mucho camino por recorrer y barreras que destruir para asegurar el futuro. No obstante, sin pretender ser perfectos, hoy Cuba se proyecta como espejo de inclusión en el hemisferio y desarrolla disímiles programas sociales de inclusión.

Que en este día lleguen las felicitaciones a todas las mujeres, no solo por el género, sino por los siglos de batalla que han hecho posible que cada día ocupen un papel trascendental en la comunidad y sean protagonistas de su tiempo.

 

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