Prevenir: la mejor forma de salvar

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Prevenir parece convertirse en una palabra de orden en el mundo actual y contemporáneo en que vivimos, cuando muchas problemáticas amenazan, no solo del ámbito de la salud, sino también cultural, social y hasta político.

Será por eso que muchos analistas, científicos y especialistas convergen en que será solo esta, la forma de salvar todo lo que tenemos y lo que nos rodea.

Hoy quiero referirme a un problema de salud que amenaza con convertirse en serio y que ya ha cobrado muchas vidas humanas: las enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes Aegipty que hoy cohabita en gran parte de América Latina y el Caribe: el dengue, el Zika y el Chicungunya

Los especialistas de salud afirman que estas enfermedades son absolutamente prevenibles y que de ello depende en gran medida no morir por sus efectos y síntomas.

Las campañas de salud en Cuba como en gran parte de los países afectados se vuelcan a la importancia de la prevención, en primer lugar la relacionada con la higiene ambiental. Esto se refiere a la limpieza no solo de los hogares y sus alrededores, sino también de la comunidad.

Sabido es que el vertimiento de fosas, los salideros de agua, el enyerbamiento de áreas y los vertederos de basura y desechos sólidos son grandes fuentes contaminantes, propicios no solo para la existencia del mosquito trasmisor del Zika, el dengue y el Chicungunya, sino también de roedores y microorganismos portadores de otras peligrosas enfermedades.

En segundo lugar es importantísima la higiene de la vivienda y el autofocal semanal, donde no pueda sobrevivir ninguna larva o foco del Aedes Aegypti en depósitos con agua como gavetas de refrigeradores o aires acondicionados, vasos espirituales, floreros, tanques con agua, bebederos de animales, botellas destapadas y bocarriba, cascarones de huevos sin destruir, neumáticos, patios enyerbados o con escombros y tubos de cercas sin tapar.

En tercer lugar es imprescindible estar informado, es preciso conocer las causas, síntomas y efectos del Zika, el Dengue y el Chicungunya. Solo así podrá elevarse la percepción del riesgo y saber cuándo podemos estar contagiados y acudir inmediatamente al médico frente a los primeros síntomas como fiebre, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, dolores musculares y decaimiento.

La visita al médico solo podrá confirmar o negar las sospechas de estar contagiado con el virus a través del examen físico y los análisis clínicos en sangre y orina.

En cuarto lugar, una vez contraído los síntomas, aunque no se haya confirmado alguna de estas enfermedades, es importante mantenerse aislado, en casa bajo un mosquitero, o en una sala de aislamiento de un centro hospitalario, pues otra vía de transmisión es a través de un mosquito que pique a un paciente contagiado y después a una persona sana.

Todos estos factores son absolutamente prevenibles y cada uno de nosotros responsables en primera instancia de las indisciplinas sociales, la higiene ambiental y del hogar.

Prevenir, prevenir y prevenir es entonces una palabra de orden y para ello todos debemos ser responsables y conscientes de cuán importante es el cumplimiento de todas las medidas higiénico sanitarias orientadas. Las campañas de los medios de comunicación, las campañas de salud, las charlas educativas y las actividades profilácticas para evitar mortales enfermedades como el Zika, el Dengue y el Chicungunya corroboran aquello que nos enseñara el Apóstol: ¨En prevenir está el arte de salvar¨.

 

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