“Diputado es imagen del pueblo: óbrese para él, estúdiese, propáguese, remédiese, muéstrese afecto vivo, sea el afecto verdad.”
José Martí.
Hoy es un día significativo para San José de las Lajas y toda Cuba. Se eligen a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, 470 candidatos nominados por las organizaciones de masas que de ser elegidos tendrán esa responsabilidad ante el Parlamento por un período de cinco años.
Son ellos hombres y mujeres, de los más diversos sectores de la sociedad que integrarán la Asamblea Nacional del Poder Popular, que abraza la unidad de la inteligencia colectiva para definir y enrumbar el destino del país, desde una verdadera fórmula de democracia participativa.
Por San José de las Lajas integran la nómina Homero Acosta, Secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Yunisaki Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Provincial del Partido en la provincia Mayabeque y Yusmila Méndez Pérez, especialista en Legislación Laboral en el Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social.
En Cuba, ser diputado al Parlamento no constituye privilegio, se trata de servir al pueblo y a él entregarse, sin escatimar tiempo y esfuerzos. Desde la creación de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 2 de diciembre de mil 976, han estado representados todos los sectores de la sociedad por mujeres y hombres, en los que no importa el color de la piel ni, la procedencia social; cuentan solo los méritos.
La representación de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular está signada por las cualidades individuales y el 50 por ciento de ellos proviene de los delegados de base, servidores públicos electos democráticamente en las votaciones de noviembre último.
La Constitución de la República en su artículo 115, define que la condición de diputado no implica privilegios personales ni beneficios económicos. Durante el tiempo que emplee en el desempeño efectivo de sus funciones, percibe la misma remuneración de su centro de trabajo y mantiene el vínculo con este, a los efectos pertinentes.
Quienes resulten aprobados y tomen posesión de sus cargos tienen un gran desafío ante el que pondrán a prueba inteligencia y capacidad de entrega al pueblo, como expresó el más universal de los cubanos: “La diputación no se incuba en el pensamiento ambicioso: se produce por el asentimiento general (…)por la confianza inspirada, por la doctrina propagada, por la esperanza en lo que hará.”