La tarde del 27 de noviembre de 1871, los ocho estudiantes de medicina sentenciados a muerte fueron transferidos por los llamados voluntarios hasta el antiguo Cuartel de Ingenieros, próximo al Castillo de la Punta.
El cruel hecho permanece patente y profundo dentro de los incontables sacrificios de jóvenes que han entregado su vida en las luchas por la liberación nacional de nuestra patria.
Al morir, Alonso Álvarez de la Campa y Gamba contaba con 16 años de edad, Anacleto Bermúdez y González de Piñera (20), José de Marcos y Medina (20) Ángel Laborde (17), Juan Pascual Rodríguez (21), Carlos Augusto de la Torre y Madrigal (20), Eladio González y Toledo (20) y Carlos Verdugo y Martínez (17).
Ni 153 años han conseguido rebajarle maldad al crimen, ni despojar del dolor a la patria por el fusilamiento de 8 inocentes. Los estudiantes de Medicina asesinados por el odio de los voluntarios en 1871 nunca serán olvidados.
No solo las familias de los ocho estudiantes fusilados lloraron y sufrieron con tal monstruosidad, sino que el pueblo, que sufría las desgracias de una tiranía perversa, nunca rescató la paz.
En otra conmemoración del hecho que implicó al ofrecimiento de la vida los jóvenes cubanos y el pueblo ratifican fidelidad a la memoria de aquellos jóvenes y continuidad en el combate a favor de las causas justas.