Ritmo, expresión corporal, porte, vestuario característico y personalidad desenfadada describen a uno de los más grandes artistas cubanos, Bartolomé Moré Gutiérrez, el Benny. Nació músico de cuerpo entero el hijo ilustre de Santa Isabel de las Lajas, cantante y compositor de canciones escuchadas con placer y simpatía.
Decir Benny Moré es hacer una retrospectiva hacia aquel cienfueguero de bastón, sombrero, anchos pantalones de tirantes y coreografía atrevida, expresión de elocuencia artística y combinación perfecta entre voz, bailes, gritos y nexo público-intérprete.
Su obra musical la atesora el Conjunto Matamoros, la orquesta del famoso Rey del Mambo, Dámaso Pérez Prado y de Mariano Mercerón. Pero el éxito y la popularidad arrolladora llegaron al liderar la orquesta que bautizó como la Banda Gigante.
Benny es esfuerzo y talento innato. Al escuchar canciones originales como: Bonito y sabroso, Dolor y perdón, Maracaibo y Castellano que bueno baila usted no se puede reflejar toda la capacidad vocal, armónica y artística de este fenómeno musical.
Capacidad de improvisación, alegría, buen gusto, cubanía y versatilidad para interpretar cualquier género apodaron a Benny Moré como el Bárbaro del ritmo.
Respeto, admiración y orgullo no bastan para retribuir la herencia musical de este cubano insustituible que nació músico de cuerpo entero.