Cuando hablamos de Antonio Maceo, el Titán de Bronce, al instante pensamos en su progenitora Mariana Grajales, una mujer cuyo ejemplo trasciende hasta nuestros días, rebelde y vital, símbolo de fuerza y amor infinito. Hoy quiero detenerme en quien fuera su esposo y padre de diez de sus hijos: Marcos Evangelista Maceo.
Junto a Mariana formó un hogar en el cual infundió la oposición a la esclavitud y como principio la defensa del derecho a la más absoluta libertad.
Desarrolló en sus hijos importantes habilidades de suma utilidad en la guerra como la destreza con el machete, el manejo de las armas de fuego y el arte de conocer el monte.
Toda la familia se incorporó ala lucha. Las ansias de independencia, de total libertad y el amor infinito a la patria inspiraron a los Maceo Grajales para llevar a la manigua la resolución de ver a Cuba libre.
Marcos Evangelista Maceo fue inspirador de sus hijos, a ellos transmitió conocimientos y experiencias. Al respecto expresó la historiadora de Santiago de Cuba, Olga Portuondo:
“La experiencia política, de los meses comprendidos entre septiembre y diciembre de 1836, en la región oriental de la isla de Cuba fue decisiva para el pardo libre Marcos Maceo. Maduró su conciencia patriótica y social, comprendería —como otros muchos de su estirpe— el camino verdadero para el logro de las reivindicaciones de todo tipo: la independencia. (…). Así pudo educar a sus hijos en la disciplina heredada del Ejército Español y en la ideología revolucionaría adquirida de su experiencia práctica. Marcos Maceo poseía el caudal de vivencias de la asonada antitaconiana de 1836, en que participó; no cabe la menor duda de que debió transmitir este saber a sus hijos, quienes bebieron de la fuente paterna, la cultura política del criollo deseoso de aprehender su patria y transformarla”.
Alcanzó el grado de sargento por su participación en varias acciones combativas. Cuando atacaban el fuerte español de San Agustín de Aguarás, ubicado en el poblado de igual nombre, a 34 kilómetros al este de Las Tunas, en el Oriente del país resultó herido de gravedad, combatía bajo las órdenes de su hijo Antonio.
No importaba que casi doblara la edad de su hijo, era un soldado disciplinado y valiente, que junto a Mariana inculcó en sus descendientes el coraje y la voluntad de luchar por la libertad.
Marcos Evangelista Maceo, se inscribe en la historia como raíz de patriotismo.