Conozco a una mujer que no cuenta sus años, ella es de las que desafía el tiempo e inscribe en cada día una máxima: hacer; y es que para Magda Pear la quietud no ocupa lugar.
Hablar de Magda es reconocer a la enfermera consagrada, estricta, responsable y a la vez sensible pero también a una federada de vanguardia, con la que la Federación de Mujeres Cubanas, (FMC) ha contado siempre.
La jubilación llegó pero no cambió su vida. En ocasiones muchos no pensaron había recesado su labor porque ella continuó activa, prestando apoyo en cuanta tarea hiciera falta.
La FMC es parte de su vida ha confesado. Recuerda los inicios de la organización femenina, y se reconoce entre aquellas mujeres que decidieron echar a volar sueños y acompañar a la Revolución y Vilma en un camino que vislumbraba cambios y desarrollo para las cubanas.
Fueron días intensos, y eran tiempos difíciles. La mayoría de las mujeres no trabajaban, eran amas de casa y la Federación las impulsaba a ser parte de la historia, porque se estaba haciendo historia, y era la oportunidad de estudiar, de capacitarse e integrarse a la sociedad.
Magda estuvo presente en cuanta tarea le fue asignada, desde la base en el bloque de la FMC, en la integración del mismo, en la atención a las arribantes, en el apoyo a jornadas de trabajo voluntario, donaciones de sangre, campañas de vacunación Anti polio, en la atención a la familia.
Durante las elecciones, he estado presente, acompaño a los pioneros que custodian las urnas, he estado desde antes que comience el proceso hasta que finaliza.
A mí no han tenido que tocar a mi puerta para decirme Magda vamos, yo siempre he estado lista, a la hora en punto que se necesite hacer un bien ahí he estado. No tolero lo mal hecho, no me gustan las impuntualidades y no soy ajena a los problemas de los demás, creo que ayudar, que entender a los otros es imprescindible en el ser humano
Para mí la FMC ha sido una escuela porque en sus filas aprendí a ser mejor, en los primeros años la convocatoria a la unidad de las cubanas en una organización que sería la vanguardia me entusiasmó mucho, pero lejos estaba de saber cuán importante sería y cuánta fuerza tendría, porque la verdad que tarea que asuma una mujer es de hecho una victoria después.
Ahora la pandemia la mantiene en casa, su sentido de responsabilidad es estricto y para ella la disciplina es como el pan nuestro de cada día pero, sigue al tanto de lo que desde el hogar pueda hacer.
Mira, si algo para mi es importante es estar actualizada. Yo leo el periódico, me informo, veo el Noticiero y sigo lo que sucede aquí en San José de las Lajas, porque creo que no se puede esperar a que otros te cuenten, una debe estar clara de todo, sobre todo para contrarrestar cualquier desinformación.
Cuando yo miro hacia atrás y hablo de la Federación de Mujeres Cubanas, me da mucha alegría recordar los preparativos de las actividades por el Día Internacional de la Mujer, o por el 23 de agosto. El entusiasmo, la alegría con que preparábamos las actividades, en las que no solo participaban las federadas, también los hombres y niños del barrio.
De verdad que todo ha sido muy bonito, y mira que han pasado años, cuántas de aquellas mujeres que eran amas de casa al inicio de la Revolución comenzaron a estudiar, se graduaron y se convirtieron en muy buenas trabajadoras. La vida cambió sí, cambió y creo que nos hizo más fuertes.
Ahora la FMC apoya el combate contra la Covid19. Yo no puedo estar, debo permanecer en casa, la tercera edad cuenta entre los vulnerables pero, desde el auto cuidado también apoyo y es una manera de contribuir al freno a esta pandemia que tanto mal ha hecho y hace.
Magda Pear, es un símbolo, es una mujer perseverante, altruista, solidaria. Ella siempre tiene a mano un buen consejo y también un regaño cuando hace falta. Conversar con ella nutre, es de esas personas que siembra buenos ánimos y es experta en cultivar la amistad. Este 23 de agosto no podía faltar a la cita y mención de las consagradas