Los árboles más viejos son los que dan los frutos más dulces

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El desarrollo personal y social de una persona no termina en los últimos años de la vida adulta. Esta etapa puede potenciar muchas experiencias y habilidades propias cristalizadas en conocimientos y práctica.

Algunos de estos aspectos no suele tenerse en cuenta debido a que existen sociedades que están centradas en la promoción de actividades y recursos destinados a los jóvenes o niños, relegando a las personas de edad.

Para beneficiar una  toma de conciencia, se crean y se desarrollan “Programas de atención al Adulto Mayor, iniciativas que nos permiten reflexionar sobre el espacio que le concede la comunidad a quienes han alcanzado esta etapa vital.        

Decimos vital porque así lo traduce el crecimiento demográfico que protagonizan nuestros mayores, gracias a los adelantos de la medicina y la ciencia, que puede permitirles replantear su nueva forma de adaptarse e integrarse a la sociedad en forma activa. Dentro de su propia generación la cantidad de adultos mayores ha ido en aumento, lo cual ha incidido en nuevos enfoques sociológicos que giran alrededor de concepciones acerca de cómo favorecer la autonomía de los ancianos, originar buenos hábitos de vida y promover el autocuidado.           

Muchos son las interrogantes que surgen al llegar este período a causa de que se alteran factores como la apariencia personal, salud, actividades y el rol social que se ha de desempeñar. La esfera educativa puede ser una alternativa y muchos lo han comprendido así. Una constancia, es el incremento  en instancias formativas que ha experimentado la demanda de adultos. Esto ha dado lugar  en las últimas décadas a que se desarrolle una disciplina que los convoca, la Andragogía

Esta rema del  saber se basa en los principios de participación y horizontalidad, cuyo proceso permite incrementar el pensamiento, la autogestión, calidad de vida y la creatividad del adulto con el propósito de proporcionarle una oportunidad para que logre su autorrealización.

Los adultos mayores tienen a diario nuevas oportunidades de aprender y así transformar el significado de sus propias conductas de acuerdo a sus necesidades e intereses. Pero para ello, las opciones y espacios que le brinde la sociedad podrán contribuir u obstaculizar su desarrollo y/o marginarlos,  si todos no  les ofrecemos nuestras bondades.

Como refiere un proverbio alemán  “Los árboles más viejos son los que dan los frutos más dulces”.

 

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