La patria contempla orgullosa a sus hijos, los que continúan el camino trazado por aquellos que lucharon por la libertad. La patria sabe del decoro de los que defienden la justicia, la paz y la independencia ganada. Otra vez febrero invita a revivir la historia.
A principios de 1895, el ambiente en Cuba era francamente insurreccional. El fracaso del Plan de Fernandina, al incautar las autoridades estadounidenses las armas de la expedición que organizaba José Martí para reiniciar la Guerra Necesaria, lejos de amilanar a los independentistas, levantó el espíritu revolucionario.
El llamado Grito de Baire, fue verdaderamente un levantamiento simultáneo y constituido en 35 regiones de la mayor de las Antillas, aunque para la historia se ha registrado con el nombre de este sitio oriental situado a 75 kilómetros de Santiago de Cuba.
Hacer del memorable Baire el centro aislado o primordial del levantamiento, sería olvidar que el 24 de febrero de 1895, como resultado de la inteligente orientación de Martí, tuvo lugar un levantamiento simultáneo.
El alzamiento de Baire en el cual Saturnino Lora al gritar en medio de la población que la guerra comenzaba nuevamente dio pie al famoso nombre de Grito de Baire para dar el inicio de la Revolución de 1895.
A 126 años de aquella clarinada otra vez resuenan las campanas de la lucha; otra vez nos llaman al combate por la honradez de la patria nueva; nuevamente nos corresponde reunirnos en cuadro apretado como la plata en las raíces de Los Andes; otra vez nos concierne progresar por el camino escabroso de las dificultades impuestas desde afuera.
Hacemos nuestras las ideas del más universal de los cubanos desde el respeto y el compromiso de defender y seguir adelante con su legado, frente a la adversidad y frente a los que desde la mediocridad humana intentan desacreditar a la patria.