La obesidad, un signo de alarma

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La tristeza y la preocupación invadieron el hogar de Manuel y Laura padres de Luis un infante de solo 4 años diagnosticado a su corta edad como un niño obeso.Grande fue la frustración de estos padres al conocer en voz del pediatra y la nutrióloga que esa robustez que para ellos era signo de salud y buena alimentación era en realidad una enfermedad relacionada principalmente a los malos hábitos alimenticios. 

En la consulta los especialistas le explicaron que el sobrepeso en un niño no lo hace más lindo y mucho menos más saludable, además recibieron de estos expertos las recomendaciones para establecer metas más saludables en aras de mejorar la calidad de vida del pequeño. 

Involucrar a la familia es muy importante para lograr que este plan funcione, porque al estar relacionado con el cambio hacia un estilo de vida más saludable, al integrarse todo el núcleo familiar al mismo será más fácil para el pequeño a sumir esos hábitos de vida más sanos. 

Desde ese momento los cambios en la vivienda de Manuel, Laura y Luis fueron radicales y difíciles en un principio pero no imposibles de lograr; cumpliendo con las recomendaciones médicas en la casa disponen de alimentos saludables de la mayoría de los grupos nutricionales y evitan dulces, chucherías y bebidas gaseadas. 

Otro aspecto a cumplir en esta nueva estrategia de vida para Luis es la disminución del tiempo sentado frente al televisor y el incremento de la actividad física a través de juegos o paseos. 

Después de cuatro meses estos cambios han sido beneficios no solo para Luis, Laura también ha perdido peso y Manuel observa mejoría en su padecimiento digestivo e insomnio.

 

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