¨Los libros consuelan, calman, preparan, enriquecen y redimen¨; con estas vívidas y sabias palabras describió José Martí la importancia de los libros y por ende de la lectura.
La lectura es una de las actividades más trascendentales y útiles que realiza el ser humano a lo largo de su vida. La misma es una de las prácticas que nos define frente al resto de los seres vivos.
Desde edades tempranas comenzamos a recibir conocimientos de manera formal mediante el complejo proceso de educación, en el cual la lectura desempeña un rol significativo.
Sin embargo, la importancia de la lectura va más allá de este fenómeno. A través de ella mejoramos substancialmente la ortografía, se estimula la imaginación,ampliamos conocimientos; la lectura permite reflexionar sobre diversas ideas o conceptos desde otros enfoques.
Sin embargo, aunque son reconocidos los beneficios que propicia el hábito de la lectura, me resulta preocupante el gran desinterés que muestra un número no despreciable de personas por los libros.¿Cómo engendrar entonces en los niños el amor por los libros? ¿Cómo alentar en ellos el significado de esta práctica?
Considero que la familia, como célula de la sociedad que es, debe reflexionar sobre este tema e infundir también el interés en niños y niñas por la lectura; en la medida que familia y escuela trabajen unidas en ese objetivo fructificará el saber y también mejores estudiantes.
Los libros no son objetos decorativos para contemplar en un estante, son esos amigos pertinentes que siempre esperan para regalar saber, desde el silencio conducen por los mejores caminos del conocimiento, animan el interés por la investigación y dejan para la eternidad cultura a quienes se sumergen en sus páginas.
Es por ello que la lectura es una muy buena opción para crecer y mejorarnos como seres humanos, pues de ella emergen valores, enseñanzas que nos acompañarán toda la vida.