En esta etapa de aislamiento social la imaginación de los infantes vuela desarrollando actividades que demuestran su ingenio y creatividad.
Ver a los niños jugar y haciendo planes a cumplir cuando esta terrible pandemia desaparezca, constata la sinceridad y magia inherentes a esos locos bajitos que al decir de José Martí: “…son los que saben querer, son la esperanza del mundo”.