Aunque la jornada del 26 de noviembre sirve para rendir justo homenaje a quienes cumplen responsabilidades como economistas, contadores y auditores en cada entidad cubana, no hay fecha del año en que ellos puedan descansar plácidamente, estos trabajadores no reparan en horarios cuando el deber los llama.
Se escoge este memorable día en honor a quien es acicate para la labor cotidiana, a Ernesto Guevara de la Serna, que en similar fecha de 1959 fuera nombrado primer Presidente del Banco Nacional de Cuba.
No existe puesto por elevado o humilde que sea, que no esté obligado a preservar el esfuerzo de un pueblo trabajador, inteligente y revolucionario. En medio del reordenamiento económico que vive la nación, aprendemos y colaboramos con nuevos términos como control interno.
Hoy orientamos nuestro pensamiento de obreros asalariados y consumidores pasivos a cuidadores permanentes de los bienes materiales o cuentapropistas hacedores de riquezas para el bienestar individual y el disfrute colectivo.
San José de las Lajas arriba a la fecha con grandes retos por vencer y entidades ejemplares como la Oficina Nacional de Administración Tributaria y el Banco de Crédito y Comercio.
Se trabaja en los lineamientos como base sólida para enderezar errores y sistematizar la eficiencia. Aún estamos lejos de satisfacer el cúmulo de necesidades que vivimos, pero quienes aseguran el modelo económico cubano se empeñan en no permitir negligencias, que amenacen la firmeza de la Patria.
A los tenaces guardianes del trabajo, a todos aquellos que día tras día contabilizan y cuidan cada resultado de nuestra insatisfecha, pero tenaz economía, llegue hoy nuestro modesto reconocimiento.