Fumar es un placer…?

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A propósito de la celebración este 31 de mayo, del Día Mundial Sin Tabaco, les propongo reflexionar sobre el tema que tanto afecta la vida.

La epidemia mundial del tabaquismo mata cada año a casi 6 millones de personas, de las cuales más de 600 000 son no fumadores que mueren por respirar humo ajeno.

El tema clama por la concientización de todos, para preservar la salud, fumar es un mal hábito, que lamentablemente lejos de detenerse marca el ascenso, y lo pero cierta tendencia en los jóvenes a esa adicción.

El tema resulta un signo de alarma urgido de mayor tratamiento; desde el hogar en que la familia debe predicar con el ejemplo, la escuela que debe tratar el tabaquismo y sus consecuencias  a fin de fomentar en los educandos actitudes saludables que para nada se acerquen a tan mal hábito.

El más universal de los cubanos, José Martí ya en 1883 esgrimió consideraciones sobre el tabaquismo en la revista La América, de Nueva York: “Contra lo que deseamos protestar —precisó el maestro—, es contra el hábito de fumar cigarrillos de papel en grandes cantidades, imaginándose que estas dosis pequeñas de nicotina no son dañosas”.

Escribió Martí además,  “Hemos tenido conocimiento en estos últimos meses de un número considerable de casos, en que muchachos y jóvenes que no habían alcanzado aún su completo desarrollo físico, han visto su salud seriamente alterada por el hábito de fumar incesantemente”.

Y concluía “conveniente es que estos hechos se sepan, pues es evidente que prevalece la idea de que, cualquiera que sea su número, estas bocanaditas de humo no pueden ser dañinas en lo más mínimo, cuando al contrario producen con frecuencia mucho daño”.

Hasta nuestros días llega esta preocupación para que todos comprendan el peligro del Tabaquismo; el humo de tabaco ambiental posee más de cuatro mil sustancias químicas, de ellas unas 60 son cancerígenas como el arsenio, cromo, hidrocarburos, polonio, benceno, y otras son irritables y tóxicas como el formol, amoniaco, nicotina y monóxido de carbono.

Fumar puede que sea para algunos un placer, pero placer que lleva a la muerte, que transforma al individuo, que irrita al no fumador y obligatoriamente se convierte en fumador pasivo.

Hoy, mañana y cada día por llegar ha de hacerse un alto, poner a prueba la voluntad y decir sí a la vida alejados de tan mal hábito, que tanto atenta a quien lo practica como a aquellos que rodean al fumador. 

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