Desde el Colegio de Belén donde estudió, vaticinaron que tenía madera y de él nacería un artista; y es que realmente el arte habita en quienes deciden anudar los sueños con la perspectiva de fraguar el bien de sus semejantes.
Fidel, nombrado así de sencillo por su nombre nada más, es titular en Cuba y en cualquier parte del mundo. Su presencia en cualquier sitio acapara la atención de todos, y como diría una vecina de mi natal Santiago de Cuba, cuando el aparece la escena es toda suya.
Desde la Universidad hurgué en su Periodismo yla tesis de grado me permitió conocer al joven que asumió la palabra para combatir los desmanes que padecía el país y para defender la verdad. Pasión y valentía arroparon los artículos que escribió con tamaña estatura profesional, con luz e inmediatez para hacer caminos en favor de los humildes.
De esa etapa de investigación recuerdo el parecer de Pedro Trigo, quien lo definió con certeza como alguien especial y único, también a Gloria Cuadras, que a su decir distinguía al líder revolucionario y al conocedor del periodismo, a Enrique de la Osa que guardaba con cariño las anécdotas de su presencia en la Sección en Cuba de la revista Bohemia y Jorge Enrique Mendoza quien lo definiera como exponente del periodismo insurreccional y a quien debo la inspiración de mi tesis.
El periódico La Calle, que dirigiera el político ortodoxo Luis Orlando Rodríguez fue testigo de enardecidos artículos en los que Fidel emprendió una campaña de denuncia política contra los desafueros de la tiranía. En ellos dejó su aliento y visión de la realidad que vivía Cuba desde la manera directa y sin tapujos que siempre le han caracterizado.
Tuve la oportunidad de entrevistar dos veces a Fidel, ocasiones en que los nervios se hicieron presente, no fue fácil tener tanta historia ante una. Principiante en el Periodismo encontré la sabiduría de quien comprende el rigor de ese instante para el comienza.
A la altura de este tiempo me confieso que no soy amante de los premios porque atesoro dos diálogos y un beso que no admiten competencia alguna. Entrevistar dos veces a Fidel y tener un beso en mi frente, en una de las sesiones posteriores al Séptimo Congreso honran mi desempeño profesional.
Fidel cumple 90 años, es todo un acontecimiento y son innumerables las anécdotas que por estos días trascienden, cargadas de emotividad y de sano orgullo, sobre todo para quienes en algún momento pudimos estar cerca del estadista que también es un cabal periodista.