Félix es de esas personas que no se puede olvidar, recurre una y otra vez en ese afán de desempolvar recuerdos, sobre todo, cuando de enfrentar desafíos se trata, porque bien nos enseñó, que bastan la voluntad, la unidad y el amor para hacer realidad un propósito.
Para Radio Camoa fue y es un referente, no es periodista, pero amó el Periodismo y aprendió; como director fue sumamente exigente, claro en el decir, sin curvas ni medias tintas, afable y también ocurrente.
Hace años que no le veo, después de su paso por Radio Rebelde y Radio Taíno decidió regresar a la pintura, una poderosa pasión que también nos dejó, en esa manera de enseñarnos que, ante lo adverso se puede dibujar la esperanza.
En medio de este tiempo complejo que vivimos lo recuerdo más, fueron aquellos días del período especial, de apagones angustiosos, que logró tener a un equipo de trabajo activo, y todavía me pregunto cómo fue posible que la creatividad estuviera de plácemes.
Junto a Félix Betancourt Oliva vivimos momentos inolvidables, en los festivales de la Radio Cubana, Radio Camoa ganó un puesto, por llamarle de algún modo al torrencial de premios, y todo ello obra del talento, de la unión de los hacedores de este medio bajo la batuta de quien nunca creyó en imposibles.
Por estos días complejos decido hablar de Félix, a quien quisiera ver en nuestros aniversarios porque siempre es bueno traer a estos tiempos difíciles esas páginas que quedaron tatuadas por la entrega y la pasión de protagonistas que desde la humildad supieron abrazar la maravilla.
