El estreñimiento, desde el punto de vista médico, supone una alteración del hábito defecatorio que afecta significativamente la salud o la calidad de vida del paciente y concierne a cerca del 30% de la población.
Los pacientes tienen percepciones distintas de este síntoma; tal es así que algunos ven el estreñimiento como una necesidad de realizar un esfuerzo durante la defecación, para otros representa la eliminación de heces fecales duras o la imposibilidad de defecar cuando se desea y otros ven este síntoma como la expulsión de materia fecal menos de tres veces a la semana. Por supuesto, que nos estamos refiriendo a pacientes que habitualmente no consumen laxantes.
Es considerado un síntoma basado en la percepción subjetiva que los pacientes tienen sobre su hábito defecatorio. Como ya dije, supone una alteración del hábito intestinal, y su precepción va a estar influida por factores culturales, psicológicos y dietéticos
Cuando se hace crónico, constituye una situación clínica muy prevalente en la población general. Como factores de riesgo para su padecimiento se describen el sexo femenino, distintas situaciones como: inactividad física, ingestión de dietas bajas en calorías, la obesidad y la depresión. También se menciona a la edad, ya que es más frecuente en pacientes pediátricos y ancianos.
Puede ser ocasionado por múltiples causas. Se plantea que dentro de las más comunes se encuentran las dietas inadecuadas; y aquí hablamos de la ingestión pobre en fibra dietética, es decir, un consumo insuficiente de verduras, legumbres, hortalizas, cereales integrales y frutas. También podemos citar el abandono de aceites vegetales y el poco consumo de agua u otros líquidos, muchas veces matizados por la creencia de que engordarán.
Las fibras posibilitan la defecación al igual que el agua, ya que si las heces están más hidratadas, más fácil será su expulsión a través del ano, lo mismo sucede si su contenido de aceite es mayor, ya que mejor será su paso por el colon y canal anal.
Pero también el estreñimiento o constipación, como también se le llama, puede ser causado por el sedentarismo, ya que la falta de ejercicio regular, la inmovilidad, la pereza a cualquier tipo de trabajo muscular o esfuerzo corporal, favorecen la atrofia de la musculatura abdominal y la obesidad, que a su vez conduce al estreñimiento.
Una de las acusas comunes de estreñimiento es la negligencia al acto de la defecación. Sucede que algunas personas evaden la defecación porque no es el momento social o laboral conveniente y al hacerlo de forma repetitiva, se produce pérdida de sensibilidad en el recto y estreñimiento. Incluso, puedo comentarles, como dato interesante, que ha sido demostrado en voluntarios sanos, que tras 6 a 8 días de impedir conscientemente la defecación, se produce estreñimiento.
El abuso de tabaco, café, té o bebidas de cola ha sido señalado como un factor de riesgo de estreñimiento crónico por la espasticidad o contracción que provocan en las paredes del colon sigmoides.
Me gustaría referirme a otras causas de estreñimiento y entre ellas quisiera mencionar la llamadas no digestivas, entre las que se encuentran la Diabetes Mellitus, el hipotiroidismo, el Parkinson, los accidentes vasculares encefálicos, la obesidad, la ascitis o líquido en la cavidad abdominal, y trastornos psiquiátricos como la depresión.
Dentro de las causas digestivas puedo mencionar las hernias abdominales, los divertículos en el colon, los tumores malignos y benignos del recto y del colon, la fisura anal, el síndrome de intestino irritable y las hemorroides externas, entre otras.
Es cierto que algunos medicamentos pueden provocar estreñimiento. Entre ellos figuran los antiinflamatorios no esteroideos, es decir, el ibuprofeno, la indometacina, el piroxicán, y otros.
También pueden conllevar al estreñimiento los antihistamínicos, los diuréticos, los antidepresivos como la imipramina y la amitriptilina, y los medicamentos utilizados para el tratamiento de las convulsiones, por solo citarte algunos ejemplos.
