Sin lugar a dudas el debate sobre el proyecto de Constitución de la República de Cuba es todo un suceso que demuestra la potestad que tenemos cubanas y cubanos para decidir, para ser parte del destino de la mayor de las Antillas.
Desde el pasado 13 de agosto, en el país trasciende además de los encuentros oficiales propicios para el debate, ese que se suscita en la calle, donde cada quien comenta y desde su mirada califica lo que está sucediendo.
Sugerencias, inquietudes, aprobación o desacuerdo con algún aspecto del proyecto escuchamos a diario en San José de las Lajas y es que todos somos parte de este proceso en el que decidimos por la mejor Carta Magna.
José, un jubilado que sobrepasa los 80 años atestigua que esto solo se ve en Cuba, donde el estado cuenta con el parecer del pueblo y a su decir, esta es la verdadera democracia, donde se respetan todos los criterios.
Magda, enfermera jubilada también, reconoce con orgullo ser parte del debate, me cuenta que tal experiencia las nuevas generaciones la contarán a sus descendientes, y para ese entonces sabrán con mayor adultez que vivieron un momento importante.
Y es eso, este es un proceso de suma importancia, que requiere la participación responsable de todos, el sentido de pertenencia con el documento que regirá en lo sucesivo en el país.
El proyecto a mi juicio es de avanzada, en el orden local el reconocimiento de autonomía municipal significa una transformación democrática que emplaza a la ampliación de la capacidad de decisión del municipio, y por supuesto que se trata de un salto objetivo, pues contará con bases jurídicas para que pueda alcanzarse mayor promoción y realización del desarrollo local.
El proyecto contempla que los gobiernos locales tengan mayor capacidad para decidir sobre su economía y todo lo que tiene que ver con el territorio y con la capacidad de solucionar problemas que están a su nivel.
Es esta constitución, una constitución de pueblo, cuyo debate se extenderá hasta el venidero 15 de noviembre. Todos somos responsables y nuestras voces deciden también el destino de Cuba.