Ignacio Agramonte, El Mayor, el gallardo mambí, uno de los líderes más sobresalientes de la Guerra de los Diez Años amó profundamente a Amalia Simone, inspiración y testigo de su lucha:
“Sí, Amalia de mi vida, eres mi único delirio; a nadie, a nadie amo tanto como a ti, jamás lo dudes. ¡Me siento tan dichoso amándote y siendo el objeto de tu amor! No vuelves a quedar sola otra vez, como dices: allá te acompaña mi pensamiento que nunca te deja, mi amor está contigo; allí tienes mi alma. Nunca mientras viva tú estarás sola, que nunca dejaré de acompañarte…”
Otro patriota cubano, reconocido por su valor, por su intrepidez en cada combate fue Antonio Maceo, un hombre que amó inmensamente a Cuba y a su esposa María Cabrales, a quien en marzo de 1895 escribió:
“…te abandono por nuestra patria, que tan afligida como tú, reclama mis servicios […] Pienso que tú sufriendo, y yo peleando por ella, seremos felices, tú amas su independencia, y yo adoro su libertad. El deber me manda sacudir el yugo que la oprime […] Si venzo la gloria será para ti.
La amistad es un sentimiento especialísimo que se inscribe en la historia de la humanidad desde tiempos remotos. En su sentido más elevado, es una relación en la que dos personas establecen un vínculo profundamente creativo, en el que pueden compartir vivencias, perspectivas, ideología y diferencias.
Aunque es el décimo cuarto día de febrero el reconocido en Cuba y diversos lugares en el mundo como el día del amor y la amistad, son apropiados todos los días del año para hacer de cada uno el más preciado espacio para cultivar la amistad y defender el amor.