Donato Mármol Tamayo: interrogantes en la historia

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Hace unos años, el ya fallecido investigador y periodista cubano Víctor Vega La O, encontró en la Diócesis de Bayamo un documento revelador: la fe de bautismo del Mayor General Donato Mármol Tamayo. Ahí se consigna que el destacado combatiente insurrecto había nacido el 20 de noviembre de 1839 en Bayamo. Aparecía entonces otro tema-problema para la historiografía cubana.

El dato se contrapone a la información todavía aceptada sobre el nacimiento de ese patriota. En las Crónicas de Santiago, Emilio Bacardí Moreau apunta que fue el 14 de febrero de 1839, en la capital del antiguo Departamento Oriental. La data se halla replicada en el Tomo 1, Biografías, del Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, de un colectivo de autores, publicado por la Casa Editorial Verde Olivo en 2014.

Donato era hijo del capitán de origen venezolano Raymundo Mármol Valdés y de la bayamesa Clotilde Tamayo Cisneros. La ciudad natal de la madre discurre un punto de interés, pero no es decisivo. La familia tenía propiedades en Jiguaní y en Santiago de Cuba.

En varios textos, por ejemplo, se asegura que el futuro jefe mambí estudió los primeros grados en Bayamo, pero inmediatamente después se le localiza en el Seminario Conciliar San Basilio del Magno en Santiago de Cuba. Y contrajo matrimonio con Guadalupe Milanés Bazán el 9 de mayo de 1863, ante el párroco Diego José Baptista, en la Iglesia Parroquial de Bayamo.

El historiador cubano Aldo Daniel Naranjo Tamayo, recordaba otras referencias. En el parte publicado en noviembre de 1868 en El Cubano Libre sobre la famosa carga al machete del 26 de octubre anterior en las Ventas de Pino de Baire, se escribe sobre la actuación valerosa del bayamés Donato del Mármol y del dominicano Máximo Gómez. Y otra: Nicolás, el hijo del coronel dominicano-español don Francisco Heredia Solá, aquel muchacho del colegio Divina Pastora, registró luego que, tras el incendio de Bayamo, vio a Donato Mármol Tamayo sobre el techo de su casa, quitando unas tejas.

Luego entonces, crece la enorme deuda de la historiografía cubana en torno a esta personalidad del independentismo decimonónico. Ya el propio Naranjo Tamayo lo había dicho una vez. No se olvide que sobre Donato Mármol Tamayo se ciñe la Espada de Damocles, en relación con la caída de Bayamo en manos del enemigo en enero de 1869.

Se le culpa de la derrota. Sin embargo, Carlos Manuel de Céspedes, en carta del 15 de enero de 1869 al Agente General de Cuba en los Estados Unidos, José Valiente, atribuye a una traición inesperada el descalabro de los patriotas a las puertas de la ciudad.

En el diario del Teodovico Feijóo y de Mendoza, un oficial del Estado Mayor del Conde de Valmaseda, se encuentra una precisión al respecto: un español llamado Manuel de la Presilla, le garantizó al jefe hispano las barcazas necesarias en Cauto Embarcadero para remontar el río, ese obstáculo natural que, por lo visto, resultaba un elemento del terreno inscrito en la estrategia defensiva de las tropas mambisas.

Lo otro traído y maltraído también fue la propuesta del Mayor General Donato Mármol Tamayo, para crear una dictadura revolucionaria en los primeros meses de la guerra, al margen del mando de Céspedes, tras el desconcierto terrible de la pérdida de Bayamo, del incendio, de las familias rumbo al monte con destino incierto. Como era lógico, no podía existir una efectiva y mucho menos una rápida comunicación entre los líderes del movimiento.

Aquel pronunciamiento eventual en Tacajó se apagó rápidamente. Con la mediación de Francisco Vicente Aguilera, y con la participación de los hermanos Marcano Álvarez y otros jefes, las diferencias se zanjaron sin tantas angustias. En nombre de la unidad revolucionaria, Donato Mármol Tamayo reconoció nuevamente la autoridad del abogado bayamés, para ponerle punto final a aquel episodio.

Pero, igualmente, hay más de una fecha para registrar el deceso del hombre. Existe el consenso de que expiró a consecuencia de la viruela en el Hato de San Felipe, a orillas del río Barigua, en el actual municipio de Palma Soriano, en Santiago de Cuba. Unos dicen que fue el 25 de junio de 1870. Otros que ocurrió al día siguiente. Su viuda aseguró que aconteció el 23 de julio del propio año. Y como si fuera poco, la famosa red Wikipedia en internet, expone el 20 de noviembre de 1870, es decir, el día y el mes del posible natalicio, con el año del fallecimiento.

La tumba no fue encontrada jamás. Una operación arqueológica en marzo de 1947 resultó totalmente infructuosa. Sobre las fechas de nacimiento y de muerte, en torno a la verdadera ciudad natal, en relación con el lugar de descanso del Mayor General Donato Mármol Tamayo, se abren interrogantes ciertamente atractivas para el estudio. En la búsqueda por emprender están las respuestas.

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