Tradicionalmente el 22 de diciembre es motivo de celebración para todos los cubanos, pues en esa fecha festejamos el Día del Educador, efeméride que tiene su génesis en el año 1961 cuando nuestro país se proclamó territorio libre de analfabetismo.
Desde ese entonces, aquella reducida cifra de niños que asistían a las escuelas se multiplicó poco a poco. En el curso 1960-1961 se crearon 15 000 aulas en las zonas rurales. A iniciativa de nuestro Comandante en Jefe, surgieron los llamados maestros voluntarios, luego del llamado el 22 de abril de 1960, cuando el líder de la Revolución cubana expresó: “Necesitamos mil maestros que quieran dedicarse a enseñar a los niños campesinos. Hace falta que ellos nos ayuden para mejorar la educación de nuestro pueblo y para que los campesinos aprendan a leer y se hagan hombres útiles para cualquier tarea”.
Sin lugar a dudas, se vivía una revolución dentro de otra revolución. El conocimiento empezó a ser parte indispensable del pueblo, una manera de certificar la prédica martiana de que “Ser cultos es el único modo de ser libres”.
Así se convirtió el maestro en el protagonista de una obra colosal que tiene como objetivo la formación integral de nuestros hijos desde la etapa prescolar hasta los estudios superiores.
La educación en aquel entonces privada, se vio en vuelta en las batallas por el sexto, el noveno y el duodécimo grado, momentos indispensables para elevar el nivel de los cubanos.
La educación en la mayor de las Antillas ha transitado por disímiles etapas a lo largo de más de medio siglo. Caminos empedrados, conllevaron a un presente inmerso en transformaciones en el proceso docente educativo. Se busca en la actualidad que el niño aprenda tres veces más de lo que lo hacía antes.
Entre los objetivos didácticos de la enseñanza se incluyen jornadas de estudio y actividades extradocentes, la incorporación de materias como el inglés y la computación, así como las asignaturas elementales de las especialidades de Ciencias y Humanidades.
El maestro cubano tiene prestigio dentro y fuera de Cuba. En otras latitudes, nuestros educadores alfabetizan comunidades a través del Proyecto Yo sí puedo.
Asimismo, la UNESCO reconoce los considerables avances de Cuba en el desarrollo de su sistema educativo, los cuales son mayores con respecto a varios países más desarrollados. Según estadísticas, Cuba ocupa el primer lugar entre todas las naciones latinoamericanas, incluyendo México o Venezuela. Dicho índice permite evaluar el nivel global de la implementación de los objetivos de la iniciativa de la Unesco Educación para Todos, lanzada en el año 2000.
Se precisa entonces de ese maestro culto, ejemplar y sensible. Que no busque otra riqueza que no sea la gratitud infinita de sus discípulos.