Arribar a un nuevo cumpleaños ha sido motivo de celebración. Ella no puede ocultar el regocijo y sus palabras brotan plenas de emoción. Cuenta de su vida, de esta edad a la que ha llegado y su mirada se torna alegría.
La distingue la gratitud, esa que siempre lleva consigo para reconocer a esta familia con la que convive en el hogar y al personal que la tiende. Amelia tiene ya 101 años y un manojo de razones para cantar a la vida.