Brenda y este domingo que casi llega

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Brenda mi vecina es una niña curiosa. A los siete años se es muy curioso. Ella no sabe lo que es el bloqueo pero repite la frase condenatoria que todos decimos hace más de medio siglo.

Brenda sabe que este domingo que casi llega será diferente, en la escuela le hablaron del Primero de Mayo y confeccionó una bandera para la puerta de su casa y así saludar la efeméride sindical.

El Primero de mayo, será un día diferente sí, pasados dos años azotados por la pandemia, el pueblo de San José de las Lajas y toda Cuba saldrá a desfilar, estarán los colectivos laborales unidos por sus respectivos sindicatos, también la familia.

Desde la inocencia que arropa a la infancia, trasciende el aliento para este tiempo que requiere hacer hasta lo imposible para que niñas y niños disfruten a plenitud ese mejor país que merecen y merecemos todos.

La celebración de la efeméride del proletariado mundial en Cuba constituye una jornada de alegría, a la que se concurre para ratificar la voluntad de hacer más por el progreso de Cuba, de fortalecer la unidad y  defender la paz.

Brenda, esa personita curiosa que al igual que todos los niños, no merece conocer la guerra, el odio, ni el terror que algunos fomentan, dibuja este tiempo con la ternura inigualable de la infancia, en la que inscribe sonrisas y travesuras en tierra mambisa, desde esa razón martiana que les define esperanza del mundo.Dice que el Primero de mayo es la fiesta de todos y no se equivoca, es la celebración de todos los que aman y construyen, de todos los que abogan por un mundo mejor y por la perpetua soberanía de esta hermosa isla nombrada Cuba.

Este Primero de mayo, desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio se estará haciendo historia, voces de la mayor de las Antillas exigirán una vez más el cese del bloqueo impuesto por Estados Unidos y abogarán porque la unidad prevalezca porque juntos podemos ganar cualquier batalla.

 

 

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