ABUJA.–A casi un centenar alcanza el número de muertos provocados por el más reciente brote de fiebre de Lassa, en Nigeria, de acuerdo con cifras publicadas ayer por las autoridades sanitarias del país y citadas por Prensa Latina.
Se registran en lo que va de año –según el Centro Nacional para el Control de Enfermedades– 913 casos, en los 17 Estados que han resultado afectados. De igual manera informaron las autoridades que la tasa de mortalidad entre los casos confirmados y probables asciende al 21 %.
Desde finales del pasado año, cuando comenzó la actual epidemia, la República de Guinea también reportó su primera muerte en más de dos décadas, aunque en este caso la víctima murió en Liberia, no en suelo guineano. Entretanto, en Benin, el flagelo ya cobró 12 vidas.
¿QUÉ ES LA FIEBRE DE LASSA Y CÓMO SE COMPORTA?
De acuerdo con las definiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre de Lassa, identificada por primera vez en 1969 en la localidad norteña nigeriana de Lassa, es una enfermedad hemorrágica aguda provocada por el virus homónimo, perteneciente a la familia de los arenavirus.
Endémica en los roedores de algunas zonas de África Occidental, esta dolencia se transmite a los humanos a través del contacto con alimentos o enseres domésticos contaminados por la excreta de roedores. La alarma ante ella, no obstante, se produce porque también puede transmitirse de persona a persona y en laboratorios, especialmente en hospitales donde no se toman medidas adecuadas de control de la infección.
Lo aún más complicado sobreviene del hecho de que este padecimiento es asintomático en el 80 % de los casos, pero en otros puede provocar daños graves, hemorrágicos o neurológicos, de ahí que el diagnóstico rápido y su tratamiento inmediato resulten fundamentales, al no existir una vacuna para prevenirla.
La fiebre de Lassa suele pasar desapercibida frente a otras como el ébola o la gripe, que han centrado el debate médico global.