La población de adultos mayores está en constante aumento a nivel global, y en Cuba, más del 20% de los cubanos tienen 60 años o más, lo que convierte a nuestra nación en una de las más envejecidas de América Latina.
Este fenómeno demográfico nos lleva a entender la necesidad de cuidar y apreciar a nuestros ancianos quienes son portadores de sabiduría y experiencias que enriquecen nuestras vidas.
Cuidar a nuestros mayores es una responsabilidad moral y un acto de amor y respeto.Ellos necesitan nuestro apoyo físico y emocional, y es importante que les brindemos un entorno donde se sientan valorados y protegidos.
El bienestar de nuestros ancianos es un reflejo de nuestra humanidad. Cuidemos de ellos como ellos nos han cuidado a nosotros, para que puedan disfrutar en esta etapa de las bondades que la vida les ofrece.
Nuestros mayores, son el hilo que conecta nuestro pasado con el futuro. Su fortaleza y resiliencia son una prueba del amor que hemos recibido y del que aún podemos ofrecer.
En un mundo que a menudo se mueve rápidamente, tomémonos un momento para escucharles y aprender de ellos, apreciemos el valor del tiempo, hagamos un pacto con nosotros mismos: dediquemos un momento a escuchar sus historias, aprender de sus vivencias y, sobre todo, ofrecerles el cariño que merecen.
