El especial de Vita Nuova. ¿Qué viajero o visitante a San José de las Lajas no se ha sentido tentado por degustar el plato emblemático de este restaurante?.
Me refiero a personas de paso, porque me atrevo a asegurar que lajero que se respete, acude al menos una vez al año a esta instalación gastronómica, situada en el kilómetro 35 y medio de la carretera central.
Pizzas, lasañas, espaguetis, canelones, crema de queso figuran entre las ofertas de comida italiana de esta casa, inaugurada por Fidel el 24 de julio de 1968 y que desde entonces se ha esmerado por mantener un servicio de excelencia.
Estas propuestas, unidas a las góndolas que pasean por los canales de Venecia, la torre de Pisa y otros sitios pintorescos de Italia que decoran sus paredes, hacen más amena su estancia y trasladan a los comensales al hogar de múltiples culturas europeas.
En este escenario jóvenes egresados, en su mayoría de la Escuela de Capacitación de Comercio y Gastronomía, filial nacional con sede en la capital de Mayabeque, demuestran la valía de las nuevas generaciones, capaces de brindar al cliente una atención a la altura de los más importantes restaurantes del mundo.
Así lo avalan las múltiples distinciones y reconocimientos recibidos a lo largo de su medio siglo de trabajo, como la de Colectivo Vanguardia Nacional, la Medalla Jesús Menéndez, Unidad Modelo y la bandera Aniversario 50 del triunfo de la Revolución, por solo citar algunas.
Abierta al público de martes a domingo, de 12 del día a diez de la noche, resulta obligatorio tras su llegada, la estancia en el amplio lobby, donde puede degustar tragos comprendidos en la coctelería cubana.
También puede encontrarse con el capitán de salón Fidel Ramón Pimienta Torres, quien además es secretario general del sindicato de ese colectivo laboral y con su profesionalidad da prueba fehaciente de los motivos por los que repetirá su visita.
Tantos años de arduo bregar y sin pretenderlo siquiera, han convertido a este excelente profesional, conocido por los lajeros como “Fidelito”, en parte intrínseca de “Vita Nuova”, lugar al que reconoce como su segunda casa y del que conserva recuerdos inolvidables, como las visitas de nuestro Comandante en jefe Fidel, a quien reconoce más que como un maestro, como el amigo de siempre.