Nació la Asociación Hermanos Saíz hace 32 años desde el principio martiano de la congregación como esencia humana. El 18 de octubre de 1986 se unieron en un solo proyecto el Movimiento de la Nueva Trova y las brigadas “Hermanos Saíz” y “Raúl Gómez García”.
Y sorprende que aunque el mundo cambió, que el dinero pretende erigirse en monarca absoluto, aún vibra en la Asociación Hermanos Saíz la prioridad del talento auténtico y del arte verdadero. La Utopía no se desfasa para el arte joven, a pesar de tantos retrocesos.
Todavía está pendiente el balance de pérdidas en la guerra de pensamiento librada por los cubanos, pero el sueño de la creación persiste en esa vanguardia artística que hoy precisamente celebra su trigésimo segundo aniversario.
La Asociación Hermanos Saíz fija una responsabilidad con la tierra en que se nace, y convierte en identidad la obra, el tema, el discurso, la gama.
La mirada joven supone inevitablemente renovación y cuestionamiento. El arte joven se genera precisamente así, como los volcanes en la cotidianidad de nuestros pueblos de América. (Martí hablaba de esa condición de irrumpir.) En esa vocación está la energía y el deseo de transformar para bien al mundo. Constituye de tal suerte una prioridad defender esa obra, socializarla, compartirla, y hacerla útil.
Para la vida de una constelación, 32 años es un instante, pero en el orden institucional confirma la madurez y la trascendencia de una obra. Es una buena suerte que permanezca ahí, hecha fragua y escuela, como cumpliendo aquel reclamo del Maestro: “La juventud ha de ir a lo que nace, a crear, a levantar”.